Reviews from

in the past


A very interesting experience throughout that rides that line between a point and click adventure game and a platformer. I say it resembles a point and click game because often it has obtuse and strange solutions to its puzzles and combat encounters that can frustrate or be satisfying depending on your tastes. The platforming still feels good despite how old this game is, something many platformers from that generation or earlier struggle with. I think the true strength of Psychonauts is in its aesthetics which evoke that Tim Burton style of dark and cartoony elements blended together. Would recommend to anyone interested in an early showing from Double Fine from years past.

Casi 20 años después es fascinante ver como un gran estilo artístico hace que un juego se vea genial tanto en su momento como ahora. Sí, es cierto que se nota la baja resolución de las texturas y la compresión del audio pero es algo lógico cuando piensas en que este juego tenía que entrar en un DVD. Psychonauts mezcla géneros en lo que es una aventura gráfica disfrazada de plataformas collectathon. La historia es el núcleo y de ahí parten el resto de sus mecánicas, crea mundos coloridos e imaginativos con diálogos entre lo desternillante y lo impactante. Puede que su trato de ciertos trastornos mentales no sea el mejor pero en mi opinión es mejor arriesgarse a tratar ciertas cosas que a dejar que el medio se estanque sin posibilidad de cambio o de maduración, podría ser más sensible en lo que toca pero al menos lo intenta. Mecánicamente a veces es un caos precioso que le da ese punto de no saber si de verdad puedes llegar a un sitio o no. Como maratón de coleccionables es algo desesperante con cosas que no paran de menearse y casi recomendaría no obsesionarse con conseguirlo todo porque te puede dar un parraque. Si te planteas jugar a Psychonauts 2 y no has jugado a este que no te eche para atrás, es muy buen juego y aunque algunos niveles sean un poco desesperantes su carisma y su humor hace que todo ruede fluido, haciéndolo un clásico necesario y casi único que existe gracias a un milagro, como la propia Double Fine.