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Pelijuego mal

A ver por donde empezar... Este juego parece hecho en una época donde Microsoft quería tener sus propios pelijuegos y se vino arriba hasta produciendo una serie que va entre los actos del juego.

La historia bien y de hecho no solo es que tenga que ver con el tiempo sino que estos aspectos están muy bien hilados.

Los personajes ya tal.

Y bueno toda la cantidad de notas como coleccionables que no me he leído igual están bien, o no. Osea no me iba a leer yo todos esos mails cuando tampoco me interesaba tanto lmao.

Ahora lo que es lo jugable es de los "pelijuegos" más cansinos con los que me he topado. Ya no es solo que a pesar de durarme menos de 6 horas (sin contar la serie) una buena cantidad de ellas te las vas a pasar moviendo el joystick hacia arriba o pulsando W es que cuando se acaban esas secciones no sé si es mejor.

El protagonista tiene superpoderes que están relacionados con el tiempo. Como por ejemplo un dash, un escudo que para balas y una explosión. No quiero exagerar pero el tiempo bala de Max Payne 1 me parecía más interesante, sobre todo porque no creo que estén implementados muy bien.

Por poner un ejemplo tenemos la habilidad de para el tiempo de personas y objetos. Esto se traduce a un poder parecido al de estasis de Mass Effect, solo que es muchísimo más impreciso, múltiples veces quiero parar un enemigo y resulta que le doy atrás del enemigo, parando una pared no vaya a ser que se mueva. Lo mejor que aprendí para contrastarlo fue a disparar al suelo de los enemigos pero francamente me parece una puta mierda.

Luego tenemos el poder del dash que casi parece un teletransporte y fue aquí cuando pensé que el juego estaba haciendo algo interesante, ya que el personaje tiene un botón de salto incorporado y pensé que en momentos fuera de combate servivría para ciertos puzles plataformeros. Haciendo saltos con dash para cubrir distancias. Incluso en combate imaginaba que al parecer casi un teletransporte podría servir para ponerse en la cara de enemigos que están tras una cobertura directamente, o quizás algún mapa tendría plataformas y puedo ir saltando entre ellas.

El dash no funciona cuando saltas, no salta ningún parapeto o cobertura y si hay un vacío entre las distancias que quieres cubrir te caes en el borde.

No quisiera parecer melodramático, pero es que creo que el personaje Tracer de Overwatch es más interesante que todo lo que intenta hacer este juego. Y manda huevos que en el año de nuestro señor 2024 tenga que utilizar Overwatch de comparativa como el ejemplo bueno.

Relacionado con lo del salto quería comentar lo estúpido que me parece tener secciones donde tengo que ir saltando las secciones amarillas en lo que avanzan la trama. No es divertido, no es interesante. Y sinceramente no voy a criticar Uncharted por popularizar estas secciones porque en ese juego funcionaban, es un juego de aventuras y Nathan es un aventurero. No es culpa suya que en un juego que trata de viajes en el tiempo y superpoderes relacionados con el tiempo no se les ocurra nada mejor entre tiroteos que pulsar el botón de salto en secciones lineales.

Pero bueno el juego al menos tiene buena variedad de enemigos. Al principio tenemos básicos, luego unos oponentes con casco para que no nos los podamos matar de un solo tiro en la cabeza. Luego tenemos enemigos que tienen el mejor tipo de habilidad. Quitarte los poderes.

Lo bueno es que aún a malas tenemos las mecánicas de tiro, donde podemos llevar una pistola y un par de armas extra. La combinación de poderes y armas es en lo que se basa la jugabilidad. Esto es algo que pensé era un buen combo, estar apuntando a un punto en concreto para hacer un dash en otra dirección. O utilizar el poder de aceleración e ir disparando desde la cadera

No puedes disparar desde la cadera (sin apuntar) y no puedes usar algunos poderes como el dash cuando estás apuntando porque Remedy odia la fluidez y una jugabilidad que no dé asco.

Quizás la peor mecánica del juego (y mira que ya es decir) es que el putísimo juego tiene una visión detective. Sí, le das a un botoncito y el mapa sale en negro los enemigos en rojito y la munición y armas en azulito. Mi problema no es que exista (que ya es durillo) es que es NECESARIO usarlo en ciertas secciones.

Hay veces que toca rebobinar el tiempo de unos objetos para acceder a algún lado, lo típico, guay, increíble, buen uso de lo que trata el juego. Pero por alguna putísima razón decidieron que solo puedes interactuar con estos puntos cuando usas la habilidad de detective. Mención especial a uno de los primeros momentos donde pensaba que estaba haciendo algo mal y tuve que reescalar una sección porque fui tan manco de no usar la visión, culpa mía. Todo esto mientras un NPC compañero no paraba de decir YOU HAVE TO GET TO X THROUGH OTHER WAY, porque claro el juego asume (con razón) que tengo problemas y necesito indicaciones obvias. Ah y cierto momento en el Acto IV donde estaba confundido de si había algo que me había saltado porque claro, no lo había usado y es que como vOY A SABER QUE TENGO QUE INTERACTUAR CON UN OBJETO SI NO UTILIZO EL MODO DE VISIÓN DONDE NO SE VE UNA PUTA MIERDA EL PUTO JUEGO PERDÓN POR MI RETRASO.

Pues eso. No entiendo la obsesión de meter juegos donde tanto de la trama está bien pero se ve capado por todo el apartado jugable que intentan forzar o mal implementar. Lo que tenemos al final es un juego que como juego no da lo suficiente y una peli que a pesar de no estar mal no me parece suficiente. Supongo que nuevamente no puedo hacer otra cosa que lamentarme de mi gusto insuperable por darme cuenta que las Visual Novels son la verdad, si alguien quiere contar una historia pero no tiene clara la jugabilidad ése es el camino. Darme pura historia sin vaselina con toda la creatividad posible tanto narrativa como artística.

No esta mierda

Abelard, informa a este lector de mi opinión del juego, con todo lujo de detalles.

Tras llevar al tablero digital el mundo de Pathfinder con considerable éxito, Owlcat se atreve a aplicar su ya asentada fórmula al crudo universo de Warhammer 40,000. Conservando mucha de la identidad de sus juegos anteriores pero alejándose del sistema ya consolidado y explotado, Rogue Trader hereda la escala, narrativa y complejidad de Kingmaker y Wrath of the Righteous, pero desgraciadamente también algunas de las malas costumbres de la desarrolladora.

Warhammer 40,000: Rogue Trader nos pone en la piel de un Rogue Trader, una suerte de explorador, colono y regente al servicio del Imperio de la Humanidad, con mucho poder e incluso cierta inusual manga ancha para tratar con lo que normalmente se conocen como enemigos de la Humanidad en caso de ser necesario. Este rol no sólo es adecuado por ser el origen del universo de Warhammer 40,000, sino que es el ideal para dejar al jugador rolear, tener autonomía, permitir la exploración tan recurrido en los cRPG e incluso añadir cierta gestión que tanto gusta a Owlcat.

Uno de los mayores retos a los que se enfrentaba Owlcat al abandonar Golarion por el Imperio es la ambientación, desafío que ha superado con creces. El universo, por una parte, es complejísimo; sólo las facciones imperiales se cuentan por decenas, y cada una tiene diferentes facetas, cismas y corrientes. El titánico trabajo de presentar muchas de estas recae en compañeros y personajes que nos van introduciendo tanto en la facción como sus diferentes caras y rencillas. No sin poco texto, Owlcat consigue presentar los aspectos principales de lo que no deja de sentirse como una introducción al vastísimo universo.
Por otra parte, y aquí es donde más fallan la mayoría, tenían que recordar los orígenes de sátira del Imperio. Sorprendentemente han logrado en gran parte cumplir con ello, si no de forma perfecta: opciones de diálogo que nos permiten ejecutar sin compasión castigos desproporcionados ante la mínima transgresión, fanatismo religioso y dogmatismo llevado a su máxima expresión, una burocracia que parece ser la única autoridad por encima de la nuestra, todo bañado en un humor negro que consigue señalar al imperio como algo no deseable. Como dice el propio juego en un momento "Hay algo hilarante en la forma en que te regocijas en tu propia maldad."

El elenco de personajes y compañeros es variado y carismático, siendo laudable la consistencia a lo largo de sus tres juegos. Siempre tendremos algún favorito, pero en ningún momento he sentido que alguno fuera un añadido forzado a mi grupo, y cada uno presenta un punto de vista único de las situaciones.

En cuanto al combate y el sistema de niveles, aunque basado en el del juego de mesa, se aleja mucho de la realidad de este, aprovechando que la máquina puede hacer mucho por nosotros para añadir un gran número de habilidades así como complejidad a éste. El sistema, notablemente más sencillo que el de Pathfinder, si bien permite cierta flexibilidad y combinaciones acaba encasillando a los personajes en varios roles fijos. Es divertido diseñar builds que aprovechan al máximo ciertos estilos de combate, pero por desgracia a partir del mid-game, si uno sabe lo que está haciendo y planifica aunque sea a medio plazo, se llega a un punto donde se crea un efecto bola de nieve y lleva a en bastantes ocasiones terminar el combate sin haber dado oportunidad al enemigo a actuar, reduciendo muchos encuentros a un mero trámite y quitando dramatismo a ciertos combates, particularmente en la recta final del juego.

La gestión de colonias es, por suerte, sencilla, y se reduce a una serie de mejoras y llegados a ciertos puntos, decisiones que nos permiten dar forma al futuro de éstas.

El combate espacial, que por el modo cruzada de WotR temía que se conviertiera en un tedio, me ha sorprendido para bien. Si los primeros enfrentamientos pueden darse en condiciones muy desfavorables para el jugador, una vez equilibrada la balanza tecnológica se convierten en un interesante juego de posicionamiento, objetivos prioritarios y gestión de poderes que hacen los encuentros un agradable cambio de ritmo.

La reactividad es un paso atrás con respecto a WotR, el juego anterior y de referencia a este respecto. Si bien hay muchas, muchísimas opciones; gran cantidad de diálogos a elegir, infinidad de tiradas de habilidad, pequeñas reacciones dependiendo de ciertas decisiones y acciones... a diferencia de WotR, donde daba la impresión de que había infinidad de formas de "rolear", aquí hay tres muy distinguidas (Dogmático, Hereje e Iconoclasta), que por cómo está implementado el sistema de reputación casi fuerzan a jugar escogiendo únicamente éstas elecciones, haciendo que muchas de las opciones sean poco deseables y diluyendo la libertad que ofrece. Tampoco los últimos actos reflejan tan bien como WotR las opciones que hemos ido tomando, generalmente ciñéndose a momentos puntuales más que permear toda la partida con el tono de nuestro camino elegido, dando esa impresión de una reactividad que podría haber sido más.

Finalmente, no se puede hablar de un juego de Owlcat sin hablar de sus bugs. En este caso han sido notables, aunque por suerte y en mi experiencia personal no demasiado graves; incosistencia en registrar algunas misiones secundarias (en particular los rumores), algún diálogo que no respondía adecuadamente, logros no registrados correctamente, falta de consistencia en algunos números de reputaciones, cálculos extraños en los combates y algún problema de pathing son algunos. El último acto en concreto se pasa en un suspiro, y si bien tiene sentido (es una zona cerrada, ya no tiene la libertad de exploración del parte central de la trama) hay ciertos puntos que dan la impresión de haber sido cerrados con demasiada celeridad, sustituyendo catarsis por indiferencia. Hasta que todo esto esté arregaldo, no puedo sino recomendar esperar a que terminen de pulir y equilibrar el juego para que la experiencia sea del todo satisfactoria.

En conclusión, es innegable que le falta pulido y se echa de menos la profundidad de opciones de Wrath of the Righteous; sin embargo, es un excelente punto de entrada en el universo de Warhammer 40,000, con un combate interesante y complejo, especialmente cuando se haya terminado de pulir como se merece, al que esto dispuesto a perdonar el retroceso a niveles de reactividad de Kingmaker si en el futuro Warhammer obitene su propio Wrath of the Righteous.