Hay obras que desafían la lógica y percuten en tus entrañas, con una extraña emoción que se vuelve irrepetible. La 3 entrega de la saga Mother sigue la estela de su predecesor, donde la bizarrez de sus situaciones y la imaginación se desbordaba por todos los lados. Pero mientras Earthbound era un vaso por el cual todas las ideas se iban escurriendo hacia afuera, Mother 3 coge esas ideas, las rebaja, las contiene y ofrece algo mucho más sólido, concentrado y le añade una historia emocional y trabajada.

El mundo es pequeño, pero cada encuentro, cada lugar, cada situación es tan especial y única que lo hacen vibrante y brillante. La primera mitad es lineal, con una presentación e introducción a su mundo, que explota en una segunda mitad llena de aventura y descubrimientos. Y entonces llega el final. La saga Mother no se contenta con tener uno de los mejores bosses finales del formato con Gygas, si no que tiene 2. Una puñalada en el corazón del jugador, con una pelea larga y dolorosa.

Capitalismo, vida laboral, investigación, suicidio, corrupción, materialismo, ecologismo o industrialización son algunos de los temas que toca Shigesato Itoi, de manera sutil a veces, y otras tan directa como un puñetazo a la mandíbula. Su mundo es fantasioso pero sus mensajes son reales y cada vez más latentes en la sociedad actual

Mother 3 es el juego perfecto para quién busca diversión, profundidad, creatividad, una historia emocional y una jugabilidad con una vuelta de tuerca brillante al sistema ya presentado en Earthbound.

Pero sobre todo, es una advertencia a lo que esta por venir.