Las últimas generaciones dejaron el listón tan bajo que esta entrega, a pesar de oscilar entre lo mediocre y lo regular como RPG, resulta una mejora más que notable. El concepto de mundo abierto que tiene le puede sentar bien a la franquicia pero no está exactamente bien ejecutado: la libertad queda limitada al nivel de los Pokémon salvajes y rivales, que no escala con tu progreso, sino que están prefijados, así que toca seguir el orden igualmente. Aparte, hay zonas innecesariamente grandes y demasiado repetitivas para no aburrirte recorriéndolas, aunque también las hay que son entretenidas de explorar, y combatir y capturar Pokémon en ellas es incluso adictivo, bien por la variedad de Pokémon o del terreno.

Los combates siguen funcionando bien, pero se hacen inevitablemente pesados porque el tiempo que transcurre entre animaciones y ataques es demasiado lento. Han querido dar aún más protagonismo a la captura de Pokémon y eso me ha gustado, pero entre lo que acabo de comentar y que las pokéballs van a fallar la mayor parte de las veces, capturar Pokémon es un proceso muy tedioso y al final acabé capturando los que más me gustaban sin más, especialmente después de conseguir un equipo ya interesante. En cuanto al "Terastal Phenomenon" (de nuevo, no sé como lo llaman en español) introducido esta generación, podría ser interesante por el cambio de tipo pero al final casi nunca es necesario recurrir a ello porque siempre es mejor cambiar el Pokémon por otro más apropiado para cada caso y ya está.

La trama principal esta estructurada en tres partes y todas se adaptan bien al concepto de mundo abierto, puedes situar todos los objetivos en el mapa fácilmente desde el principio, sin que ninguno aparezca solo después de haber completado otros. A nivel narrativo, sin embargo, ninguno de los tres caminos (ni los tres personajes a los que se asocian) es mínimamente interesante hasta la recta final el juego, de hecho, antes del final ni siquiera parece existir una historia. Eso sí: la recta final (sin concretar mucho para evitar spoilers) tiene un ritmo y un estilo que ojalá hubiese tenido el resto del juego, una oportunidad perdida que me gustaría que explorasen para futuras entregas.

Con la BSO hay unos pocos temas que acompañan muy bien el momento pero la mayoría son composiciones poco destacables o incluso olvidables que no contribuyen demasiado a la inmersión. Y otro aspecto que ha empeorado notablemente son los diseños de las ciudades, muy olvidables y confusos, y sobre todo los personajes, perjudicados por una aparente occidentalización de los mismos: la mayoría no son nada atractivos, se recicla vagamente el uniforme escolar hasta en personajes de edad claramente avanzada (que encima son mayoría) y los rasgos están tan randomizados que han creado NPCs realmente feos. Es ridículo haberme creado un personaje femenino y ni siquiera poder elegir una ropa distinta a los cuatro uniformes unisex aburridos sabiendo que esto no era un problema en entregas recientes. Al menos, el editor de tu personaje es relativamente completo y puedes cambiar de look durante la aventura desde el menú, salvo por el pelo. Tampoco es cómodo tener que entrar a unas 5 o 6 tiendas para comprar accesorios en vez de dejar solo una con todo.

Finalmente, el rendimiento del juego es muy, muy mejorable. Básicamente le falta pulido, porque vas a ver constantemente errores visuales menores y caídas muy notorias de framerate que, si bien no imposibilitan el disfrute, sí que lo dificultan hasta que te medio-acostumbras, y cuesta horas hacerlo.

Resumiendo: una entrega que da un poco de esperanza a los que, como yo, abandonaron una vez la saga aburridos, pero que sigue generándome sentimientos encontrados y dudas que me gustaría ver desaparecer en un futuro con suerte no muy lejano. Me alegra que la saga haya dejado por fin de tocar fondo, eso sí.