El mundo de las Tierras Intermedias me absorbió completamente desde el primer instante, llevándome a explorar cada rincón del mapa, sabiendo que en todas partes podía encontrar objetos interesantes y únicos o, todavía mejor, más contenido jugable. El problema con este enfoque es que el juego de por si no es excesivamente difícil y al tener interés por descubrir todo el contenido posible a veces llegaba a un boss con un hype increible para luego llevarme una decepción al derrotarlo en los primeros intentos sin suponer ningún tipo de desafío, cosa que va totalmente en contra de la esencia de la saga SekiroSoulsBorne.

En un intento de solucionar este problema me pasé el juego sin usar invocaciones ni magia, además de ir imponiéndome a mi mismo obstáculos cuando una pelea se me hacia demasiado fácil. En general estos consistian en usar armas de nivel inferior y peores armaduras de las que me podía permitir. Esto mejoró bastante el problema pero no lo eliminó por completo ni de lejos. La parte positiva en este aspecto es que a mí me gusta usar un abanico de armas lo más variado e interesante posible, por lo que esto me ayudó a ejecutar este estilo de juego, permitiéndome usar armas que tenía a un bajo nivel.

Pasando al mundo abierto del juego, este me pareció completamente fascinante, ofreciendo libertad completa al jugador y guiándolo mediante la los elementos de este mismo y su composición, en vez de usar iconos y guías. Esto sumado al maravilloso diseño de niveles que caracteriza a los Souls y una dirección artística y diseño sonoro alucinantes crea un mundo exteremadamente interesante y absorbente.

Aún y todas estas virtudes el juego tiene el defecto de ser demasiado largo y su mundo demasiado grande. A partir de cierto punto me cansé de explorar cada rincón y acabé yendo directo hacia el objetivo principal, buscando simplemente terminarlo. Igualmente, no creo que esto le quite mérito a una de las mejores experiencias que he tenido nunca en un videojuego, con una run de 115h de las cuales la gran mayoría fueron absolutamente increibles.