La idolatría, en ocasiones, nos lleva a adorar a falsos ídolos y llevarnos por un camino inesperado y, quizá peligroso. Así, en Sokobos debemos andarnos con pies de plomo en la construcción de un templo para Zeus.

A base de intrincados puzles, viviremos este mito cercano a la mitología griega. Gracias a una fuerza sobrehumana podremos mover cualquier elemento que se nos ponga por delante, porque tomando como referencia los rompecabezas sokoban, solo podremos empujar las piezas hasta colocarlas en su ubicación correcta.

A pesar de la férrea convicción de Aeschylus –o Esquilo–, nuestro protagonista, pensamientos sobre su familia lo asaltarán alguna que otra vez, recordando lo lejos que está de ella. Y aun estando decidido a acabar su cometido, puede que los dioses interpreten esas ideas como un signo de debilidad y una ofensa a su soberanía.

Con una curva de dificultad cada vez más ascendente y nuevos obstáculos a medida que avanzamos, recordaremos en más de una ocasión ese dicho de “más vale maña que fuerza”.

Análisis completo: https://www.ningunaparte.com/analisis-sokobos/