Son pocos los juegos de survival horror que tratan de salirse de los esquemas convencionales y entregan una experiencia en donde los zombis o los monstruos repugnantes no son el eje principal. Ése es el caso de Haunting Ground, que basa toda su experiencia jugable en el miedo y la vulnerabilidad del personaje principal, convirtiendo cada aspecto de su gameplay en emociones confusas de angustia y desesperación, superando por mucho a la de otros títulos del mismo género que al fin y al cabo terminan por convertir al personaje principal en alguien fuerte y resistente en busca de acción y episodios de furia desenfrenada. Es un título que poco a poco nos va contando una historia bastante bizarra y poco agradable, con unas gráficas acordes a su experiencia de juego y unos personajes que se ganan su cariño a pulso. Ampliamente recomendado.