Un juego indie para la 3DS. De acción, aventuras y puzles sobre el enfrentarse a la pérdida de seres queridos.
Es muy original en cuanto al combate, que es su punto más fuerte, siendo uno de los títulos de esta consola que mejor aprovecha la pantalla táctil. La acción consiste en enfrentarnos a un grupo de enemigos usando los trazos del lápiz táctil como espada. Cada enemigo se comporta de una forma totalmente distinta, y para poder derrotarlos tendremos que adaptarnos y aprender su comportamiento, e ir alternando a qué enemigo le prestamos atención cuando nos enfrentamos a una horda. Pronto nos daremos cuenta de que los combates son como puzles a resolver, en los que incluso la decisión de a qué enemigo derrotar antes es un punto clave para salir victoriosos.
En cuanto al apartado visual es precioso. Respecto al sonoro, los efectos de sonido están muy logrados, pero la banda sonora consta de muy pocos temas distintos y pronto se vuelve extremadamente repetitiva. Los puzles que presenta son interesantes pero terminan volviéndose repetitivos por ser muy simples. Por suerte el juego sigue un ritmo muy adecuado y sabe cuando introducir mecánicas nuevas que le vuelven a dar vida. La progresión es tan buena que el juego sigue sorprendiendo hasta el final del mismo.
Por desgracia tiene dos grandes fallos. Uno es el movimiento del personaje. La vista en primera persona con los controles de tanque y el hecho de que el desplazamiento y la exploración sea de laberintos tipo Etrian Odyssey hace que moverse por los niveles sea muy poco interesante. La transición de una sala a otra llega incluso a marear, haciendo que prefieras avanzar mirando exclusivamente el mini mapa y perdiéndote así los bonitos escenarios. Esto te quita las ganas de completar el juego al 100%, ya que hay que volver a zonas anteriores y el juego NO tiene viaje rápido.
El otro error está en el sistema de muerte. Al morir, vuelves a la vida desde el último punto de guardado. Hay bastantes de estos ya que hay guardado automático regularmente. El problema es que revives con toda la barra de vida llena y sin ninguna penalización. Esto choca completamente con el mundo cruel y despiadado en el que se desarrolla el juego y con los temas que trata. Además, hay objectos de restauración de salud que no son muy comunes y que no tienen sentido sabiendo que la mejor forma de curarte es dejándote matar.
En resumen, es un juego muy original con buenas ideas, cuyos puntos fuertes son muy destacables pero que en sus puntos débiles flaquea mucho. Aún así, buena experiencia.
Es muy original en cuanto al combate, que es su punto más fuerte, siendo uno de los títulos de esta consola que mejor aprovecha la pantalla táctil. La acción consiste en enfrentarnos a un grupo de enemigos usando los trazos del lápiz táctil como espada. Cada enemigo se comporta de una forma totalmente distinta, y para poder derrotarlos tendremos que adaptarnos y aprender su comportamiento, e ir alternando a qué enemigo le prestamos atención cuando nos enfrentamos a una horda. Pronto nos daremos cuenta de que los combates son como puzles a resolver, en los que incluso la decisión de a qué enemigo derrotar antes es un punto clave para salir victoriosos.
En cuanto al apartado visual es precioso. Respecto al sonoro, los efectos de sonido están muy logrados, pero la banda sonora consta de muy pocos temas distintos y pronto se vuelve extremadamente repetitiva. Los puzles que presenta son interesantes pero terminan volviéndose repetitivos por ser muy simples. Por suerte el juego sigue un ritmo muy adecuado y sabe cuando introducir mecánicas nuevas que le vuelven a dar vida. La progresión es tan buena que el juego sigue sorprendiendo hasta el final del mismo.
Por desgracia tiene dos grandes fallos. Uno es el movimiento del personaje. La vista en primera persona con los controles de tanque y el hecho de que el desplazamiento y la exploración sea de laberintos tipo Etrian Odyssey hace que moverse por los niveles sea muy poco interesante. La transición de una sala a otra llega incluso a marear, haciendo que prefieras avanzar mirando exclusivamente el mini mapa y perdiéndote así los bonitos escenarios. Esto te quita las ganas de completar el juego al 100%, ya que hay que volver a zonas anteriores y el juego NO tiene viaje rápido.
El otro error está en el sistema de muerte. Al morir, vuelves a la vida desde el último punto de guardado. Hay bastantes de estos ya que hay guardado automático regularmente. El problema es que revives con toda la barra de vida llena y sin ninguna penalización. Esto choca completamente con el mundo cruel y despiadado en el que se desarrolla el juego y con los temas que trata. Además, hay objectos de restauración de salud que no son muy comunes y que no tienen sentido sabiendo que la mejor forma de curarte es dejándote matar.
En resumen, es un juego muy original con buenas ideas, cuyos puntos fuertes son muy destacables pero que en sus puntos débiles flaquea mucho. Aún así, buena experiencia.