Difícil no rendirse al mayor flex de la historia del cRPG.

Un verdadero hito. Un elefantiásico proyecto tan ambicioso del que era difícil no desconfiar. Seis años en desarrollo y tres en Early Access. Una jugada arriesgada: triunfo absoluto o fracaso monumental. Sin medias tintas.

Lo único que evita que Baldur's Gate 3 pueda ser considerado una obra maestra es su propia ambición desmedida. Quiere hacer tanto y de forma tan profunda que inevitablemente llega un momento en el que se queda sin energía. El Acto III paga el precio del absurdo nivel de detallismo de las primeras 40-50 horas. Apenas hay epílogo o resolución para la mayoría de personajes, fruto claro de la fatiga de un desarrollo tan complejo y longevo como el que ha llevado Larian todos estos años. Esto daña seriamente la redondez de una obra apasionante, bella y, sobre todo, divertidísima. Es bajar los brazos en la última jugada. No ponerle la guinda al pastel. Caer antes de llegar a la línea de meta.

Deja en evidencia, también, lo poco interesante que es el entramado narrativo principal del juego. Por desgracia, y no por falta de intentos, Larian es incapaz de hacer interesante a los azotamentes. Una facción que fue claramente pensada en DnD para servir como monstruos, y no como complejos y maquiavélicos antagonistas. Todo lo que rodea al Visitante Onírico/El Emperador es verdaderamente sonrojante, y esto es un problema serio, porque es la razón principal por la que el juego se mueve hacia delante. El jugador se ve secuestrado en sus momentos clave por un personaje anodino, molesto incluso, y del que es prácticamente imposible liberarse hasta bien entrado el late game.

Ni con su final a medio cocer, ni sus villanos de usar y tirar, y ni siquiera con una Baldur's Gate algo decepcionante (su estructura y su desarrollo distan mucho del nivel de sus dos anteriores zonas principales), desmerecen el trabajo de una desarrolladora movida por un amor incondicional al videojuego, y por ende, al "juego" en su enteridad.

Las reglas de Dragones y Mazmorras se acoplan a la perfección al motif habitual de Larian: la exploración y el combate por turnos. Un sistema que invita a rebuscar en cada rincón y a experimentar con las incontables opciones que te ofrece, al extremo de abrumar si no andas con cuidado (y no le echas paciencia). Fácil de explotar en sus últimos compases, pero no lo suficiente como para hacer menos divertidos los encuentros. Siempre habrá una nueva forma de resolverlos, y queda a disposición -para bien o para mal- de la imaginación del jugador. Esto honra a Larian. Y demuestra sabiduría. No solo confía en su base de jugadores, sino que insta a ir más allá del ataque básico, sin negarle el mismo de así desearlo.

El "core" de Baldur's Gate 3, es decir, su punto más fuerte, es el trabajo realizado con los compañeros NPC que se van uniendo a tu troupe de condenados conforme avanzas hacia la ciudad. A resaltar, el desarrollo de Lae'zel, Shadowheart y Astarion, de una madurez que francamente era difícil de esperar de un juego de Larian (que siempre han tirado más de lo meloso o lo directamente camp). Hubiera deseado algo más de interacción entre ellos, como el rifirrafe entre la indómita githyanki y la clériga de Shar, cuya resolución es tan satisfactoria que uno acaba decepcionado al comprobar que el juego no intente algo similar de nuevo. Se echa en falta, además, algo que "ate" narrativamente al personaje personalizado con la narrativa principal. Sirve tan bien de avatar como serviría en cualquier otro RPG, y se siente algo vacío al mismo tiempo si lo comparamos con el resto de compañeros (o incluso con avatares de juego del palo como Dragon Age: Origins). Una "tabula rasa" funcional, pero algo desprovista de contenido.

Con todos sus fallos y torpezas, Baldur's Gate 3 es un rayo de luz en una industria cada vez más inclinada al consumo extendido y monetizado. Un proyecto de amor absoluto al medio y a sus jugadores, que coge prestado de clásicos que acertaron y reinventa para no quedarse atrás mecánicamente. Una clásico moderno al que volveré una y otra vez.

Reviewed on Sep 11, 2023


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