Unas vacaciones en la estampa más rural del Dordogne suenan muy bien, pero la experiencia final es tremendamente básica y la historia que hay detrás no tiene la fuerza necesaria como para tirar sola del carro.

Aunque reconozco cierta sensación gratificante en su simplismo, tanto jugable como gráfico (acuarelas), en tanto que jugarlo de forma casual —y no seguido— ha acabado contribuyendo al desarrollo de una trama sencilla, familiar y minimalista.