Estando como estoy harto del meta humor en los videojuegos, Franken me ha caído en gracia de principio a fin. Lo más normal en juegos que pretenden hacerse los graciosos con respecto a los tópicos y clichés del medio o su propio género es que sean ejercicios de verborrea que intenta jactarse de estos lugares comunes sin saber cómo esquivarlos.

Franken no hace ni una sola mención a lo burdo del sistema de niveles, al grindeo obligatorio, ni al dramatismo impostado de muchos JRPGs post Dragon Quest. Simplemente se dedica a exponerlos sin dedicarles una sola palabra juiciosa mientras desarrolla su humor verbal de forma paralela. El logro del juego está en lo increíblemente similar que se siente su breve experiencia con respecto a epopeyas de decenas de horas. No es necesaria tanta chapa para matar a Dios. Es raro que una sátira tan obvia desprenda tanta humildad.

Reviewed on May 10, 2022


Comments