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Sí chicas soy gay y soy autista, así que me gusta omori. Es triste, es queer y tiene musiquita agradable, así que tiene todo lo que necesito. Trata la culpa, un tema muy poco tratado, y la trata con pelos y señales y sin ningún escrúpulo. Para ser un juego de gráficos pixelados, consigue alcanzar un nivel de tensión y de horror gráfico muy desagradable. No te esperas el final, jo, es que es demasiado por asimilar. Su banda sonora es de lo mejorcito que he oído, diez de diez.

Reviewed on Jun 11, 2024


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