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Tales of Legendia es un título muy extraño. Un Tales of extremadamente raro. Es al mismo tiempo la oveja negra de la franquicia y, de cierto modo, un clásico de culto. Especialmente siendo un título tan temprano de la saga (siendo el séptimo juego apenas, con Arise en el horizonte ya enmarcando el número diecisiete, solo si contamos entregas principales), me sigue sorprendiendo lo osado que llega a sentirse.

ToL está dividido en dos mitades, con la primera siendo una versión considerablemente más débil de tu típica estructura de Tales of. Es fácil encontrar un montón de semejanzas con Symphonia, desde la presencia de una raza prominentemente aria con poderes divinos que desarrolla un complejo racista a propósito de una cadena histórica que les ha llevado a la segregación y pasando por la necesidad de atravesar diferentes templos marcados cada uno por un elemento en concreto, solo que aquí se siente todo mucho peor llevado. Hay menos tiempo para establecer sus temas, los giros son menos llamativos y los personajes apenas tienen espacio para mostrar facetas más allá de su característica definitoria. Está demasiado centrado en Senel y Shirley, la segunda siendo una de las chicas más blandas que podrás encontrarte en JRPG alguno. Villanos como Vaclav o Maurits están en la mitad baja de la franquicia en lo que a mí respecta, y la presencia de Walter ocupando el rol de 'traidor', un tropo muy común dentro de la franquicia, se siente desaprovechada, con un conflicto que no termina de llamar la atención y que resulta insatisfactorio si lo comparas a personajes previos que ocuparon dicho concepto.

Y sin embargo, de golpe, los créditos aparecen. Mucho antes de tiempo que en cualquier otro Tales of. La historia ha terminado, acabas de salvar el mundo. Y sin embargo, no estás ni cerca de haber acabado. De hecho, si acaso estás en el límite del 40% de la aventura total.

Lo que hace a Legendia un JRPG tan único es que su quest principal tarda muchísimo menos de lo habitual. Sí, es una trama decepcionante, pero a partir de este momento el enfoque cambia por completo, pasando a centrarse en temas nuevos, agarrando una estructura que prácticamente ningún otro título del género siquiera se ha planteado en considerar. Tu JRPG promedio acaba con una lucha contundente que marca el final del viaje, sin embargo el post no parece existir jamás. Se trata de aquello que se intuye, de lo que podemos esperar de nuestros personajes ahora que su mundo se encuentra a salvo.

Tales of Legendia es la historia de ese post.

Toca ver a cada uno de los personajes encontrar paz, tanto para con ellos mismos como con el resto. El viaje no les ha unido como cabría esperar, precisamente por haber sido tan breve. Tienen que aprender a quererse realmente, encontrar qué espacio ocupan en el grupo ahora que ya no hay un mundo al que salvar.

Todos esos dilemas arrojados en la primera mitad, casi sin explorarse y sin llegar a ningún lado, toman primer plano y, desde ahora, el juego enfatiza individualmente en cada uno de estos. Les da espacio para enfrenarse a conflictos sorprendentemente humanos, que rebasan por completo las tragedias habituales que podrían estar perfectamente contenidas en el arco general, blablá el mundo está en riesgo. Desde una paternidad fallida, la coacción y el matrato a los hijos, la búsqueda de una venganza que te motiva a apartarte de la gente que amas, el rol que ocupas al verte en la obligación a apoyar a alguien que ahora es visto con malos ojos por el resto, la duda de no poder estar a la altura, no cumplir las expectativas ni los sueños de quienes ya no están entre nosotros.

Para Legendia la historia no acaba con un combate que salva al mundo, no, esto es solo el inicio para un proceso de reconstrucción, tanto del mundo, en tanto sus conflictos políticos y raciales a larga escala, como para sus personajes, pues la vida no acaba con un momento que unifica todo, sino que es apenas un paso para la tranquilidad, para ahora poder enfocarme en el yo, en qué es lo que necesito para poder seguir viviendo.

Una historia sobre la maldición de los mares, aunque la propia estructura de su segunda mitad encamina a un conflicto que, como JRPG, deberá concluir en un último combate, su sentido aquí es mucho más metafórico, es apenas la última excusa para afrontar todas estas historias individuales que hacen al título algo irrepetible. Que ambas caras del juego, de esta primera mitad, Senel y Shirley, pasen a tomar un rol de soporte, que sean ahora ellos quienes se permitan contemplar las tragedias del resto del cast, marca un relevo de enfoque muy importante que hace de este juego algo excepcional que, por sí mismo, merece ser la pena vivido.

Sin embargo, el título de oveja negra no se lo quitará nadie, y es que efectivamente el juego sufre en todo lo que no respecta a la narrativa de su segunda mitad. En la aspiración desmedida de Namco por, si acaso llegaba a ser posible, sacar hasta dos títulos de la saga en un mismo año, el desarrollo de Legendia se revela como evidentemente desatroso, teniendo decisiones de diseño que solo le juegan en contra, y que no consiguen más que entrometerse en cualquier posible disfrute del mismo.

Contando con muy probablemente el peor sistema de combate de la franquicia, dungeons desquiciadamente tediosos, un recorrido monótono aplastado en batallas aleatorias insufribles que solo acrecientan su caducidad en un mapa del mundo terriblemente planteado, con puzzles que rozan en lo lamentable y una falta de foco gigantesca de cara a cómo utilizar las mecánicas para hacer más llevadero el viaje, Legendia no se deja jugar tranquilamente, especialmente considerando que se trata de uno de los títulos más largos de la franquicia, y aún peor, que la segunda mitad no solo casi no agrega niveles nuevos, sino que te obliga a recorrer todos los de la primera otra vez, solo cambiando el contexto y las escenas que allí acontecen.

A Legendia, como a sus personajes, le pesa existir, especialmente por haber sido desarrollado en el peor contexto de explotación de su saga. A su lado, lanzado el mismo año, tienes a Tales of the Abyss, todavía hoy considerado el mejor de la franquicia, quien sufre de práticamente los mismos problemas de diseño propios de un juego de Tales of, solo que solventados de muchísima mejor manera. Ambos son juegos diseñados con amor, especialmente en la escritura se puede ver un cuidado prácticamente a la par, pero uno es claramente el título abandonado por la casa madre. Siendo 'ese' Tales of que no hizo Namco Tales Studio, quizá estaba destinado a ser relegado como el raro, el más imperfecto, al que más le pesan las formas.

Sin embargo, en lo que a mí respecta, eso también lo hace uno de los más bellos. Me es imposible recomendárselo a nadie, el juego llena todas las casillas posibles para dificultar su propio consumo. Pero qué puedo decir, me sigue alegrando y entregando aquello en lo que la gran mayoría de sus contemporáneos fallaban.

Debo hacer una mención especial a la banda sonora. No solo soy fan de Go Shiina, mi amor por el sujeto va mucho más allá - es mi compositor favorito en general. A pesar de contar con trabajos increíbles a lo largo de las décadas, fue con este título que logró ponerse en el radar. Algo que jamás nadie podrá quitarle a Tales of Legendia es que cuenta con muy seguramente la mejor musicalización de la franquicia, es un secreto a voces, incluso entre sus detractores.

Pero en mi caso, me gustaría ir un paso más allá. Creo que Tales of Legendia tiene mi banda sonora favorita. No de Tales of, no de los JRPGs, sino de videojuegos en general. Pocas colecciones de piezas me resultan tan encantadoras, tan llenas de energía, tan experimentales y propias al mismo tiempo, jamás en busca de posar o pecar de exceso de complejidad, sino de mezclar leitmotifs en las formas que le sean más conmovedoras, más evocadoras.

Es normal que el primer gran trabajo de un autor sea una base sobre la que mejorar a futuro. Pero a veces ocurre lo contrario, que el primer intento sea el mayor despliegue posible de identidad y talento. Creo que este es uno de esos casos. Go Shiina siempre seguirá sorprendiendo, pero su Tales of Legendia es, muy seguramente, aquel trabajo que jamás pasará desapercibido por nadie.

Reviewed on Sep 06, 2021


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