Volviéndolo a jugar después de casi 8 años, sigue siendo un juego que me parece increíble. Diría que esta vez lo supe apreciar desde otros ángulos. Aunque varios de los jefes me los pasé a la primera porque ya estoy muy familiarizado con las mecánicas de estos juegos, no deja de ser emocionante cuando logras pasar por un área, estás a punto de morir y justo cuando menos lo esperas, logras encadenar ese último ataque y suspiras tras haber contenido muy profundamente el aire.

Dark Souls es una experiencia que no deja de asombrar tantos años después. Aunque diría que varios de los juegos posteriores de FromSoftware se sienten con mucho más cuidado en muchas áreas, el juego que desató el culto no deja de tener cualidades muy importantes. Diría que sigo prefiriendo Demon's Souls, Bloodborne, e incluso Sekiro en un buen día, pero nunca seré ciego a qué fue lo que hizo de este juego el desencadenante de una década donde tantos juegos adoptaron filosofías de diseño que apostaron un poquito más por tener confianza en que el jugador podía descifrar su propia experiencia de juego.

Hay tantas cosas a nivel temático que esta vez valoré más, como el que las almas sea la economía de juego, y que las puedas usar para subir de nivel o para comprar objetos. Todo se comercia en piezas cada vez más escazas de humanidad, y aunque el juego nunca se presenta como algo feliz, es devastador ir descendiendo a, literalmente, las profundidades de este mundo e ir encontrándote con oscuridad pura y a los pocos personajes que brindaban esperanza ser corrompidos por la oscuridad.

Un gran juego, y un clásico moderno sin duda alguna.

Reviewed on Jan 16, 2022


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