No es ni remotamente una obra perfecta (no sabía que era posible, pero lograron hacer una visual novel con pantallas de carga muy largas y malos controles), pero creo que sigo jugando a videojuegos por llegar a momentos en los que me sienta como me sentí al acabar Virtue's Last Reward. Por esa magnificencia pasmosa que te tiene mirando a la pantalla con la mandíbula en el suelo mientras pasan los créditos. Por la forma que se te ponen los pelos de punta al escuchar las primeras notas de un Blue Bird Lamentation desgarrador. Por Sigma, Luna, Phi y otros que no voy a decir pero que os podéis imaginar. Hay que tenerlos gordísimos para crear una obra tan inabarcablemente ambiciosa, tan bien interconectada y tan prodigiosamente hábil a la hora de sacar jugo a las posibilidades del medio, a sabiendas de que dejas tu historia a medio contar y que, quién sabe, podría acabar mal.
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Aunque obviamente ese no es el caso porque ZTD es kinardo

Reviewed on Mar 14, 2024


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