Uncharted es una saga a la que le tengo mucho cariño, y este juego fue un golpe de sentimentalismo para mí. Pero dejando eso de lado, es el epitome de franquicia. Los movimientos de Nathan nunca fueron tan fluidos, jamás hubo tantas opciones para enfrentar los combates, la adición del látigo fue un gran acierto. Los escenarios son los más interesantes y hermosos que ha tenido la franquicia, verdaderamente se puede ver la evolución en el diseño de niveles. Los personajes son tan entrañables y carismáticos como siempre, verlos interactuar es una gozada. Termine el juego con una sonrisa en la cara.

Pero eso no quita que: Esta entrega es innecesaria, la historia se había cerrado perfectamente en el 3.
El hermano es un plot device con patas, que sale de ninguna parte, y que la verdad en esta entrega no brilla mucho.
Por alguna razón decidieron quitar la opción de devolver granadas, que era de lo mejor que tenía Uncharted 3. Los villanos son poco memorables, algo que siempre fue el talón de Aquiles de esta saga. Junto al primero, me parece que tiene el ritmo más denso de la franquicia, además que los tiroteos aún que son más espectaculares se sienten bastante peor que los del 3.

Un final más que digno.