Divertido, desenfrenado y caótico. Todos los elementos existentes en esta entrega de burnout empujan estos conceptos. Su música, la paleta de colores, y por sobre todo, su jugabilidad.
La conducción se basa en el reflejo, aunque el juego nos invita a tomar velocidad. Un leve choque nunca nos impedirá seguir, pero en el momento que nos estrellamos, podemos llegar a perder terreno valioso. La disposición de los elementos ayuda a la visualización del escenario, con el fin de no chocar en el intento de adquirir mayor velocidad. A todo esto, le sumamos el nitro, el cual es altamente útil, la manera más eficiente de conseguirlo es chocando a nuestros rivales con el fin de que se estrolen contra alguna estructura o vehículo, esto le agrega un apartado de combate el cual encaja de manera perfecta y potencia la meta de diseño que entreve esta entrega de Burnout.
Mi único problema (el cual impide que este juego sea sobresaliente) es una cuestión relacionada con la forma del combate en las carreras.
En todas las carreras del juego, seremos nosotros contra tres autos más, cuatro en total.
Hasta acá todo bien, el problema reside en cuanto arrancamos la carrera, logramos derribar a un rival y automáticamente activamos el nitro con el fin de sacar ventaja. La ventaja que sacaremos va a ser abismal, y como solo somos cuatro corredores, fácilmente nos pondremos en primer puesto al inicio de la competencia.
Los desarrolladores probablemente vieron este problema, ¿Su solución? Rivales (bots manejados por la IA del juego) que adquieren una velocidad sobrenatural una vez estan lejos de nosotros, sacar una distancia considerable sobre nuestros oponentes es casi imposible, haciendo que ponerse primero en la carrera sea casi perjudicial. Esto funciona así con el fin de que el jugador este constantemente al choque con otros autos. Buena intención, pero pésima solución, agregar más corredores y hacer largar ultimo al jugador hubiese sido más acertado. No digo que no debe haber un leve hándicap para los corredores que se encuentran detrás nuestros, pero en este caso me parece hasta anticlimático.