Surviving Mars

released on Mar 15, 2018

Surviving Mars is a sci-fi city builder all about colonizing Mars and surviving the process. Choose a space agency for resources and financial support before determining a location for your colony. Build domes and infrastructure, research new possibilities and utilize drones to unlock more elaborate ways to shape and expand your settlement. Cultivate your own food, mine minerals or just relax by the bar after a hard day’s work. Most important of all, though, is keeping your colonists alive. Not an easy task on a strange new planet.


Released on

Genres


More Info on IGDB


Reviews View More

More people need to check out this game, its a really fun experience and if your looking for something not to hard then you should play this. I really liked it even tho I haven't beat it yet.

Yo jugue esto? Buf, ni me acuerdo hermano. Toma libro entonces:

Prólogo

No cabría otra forma que empezar en una mañana del 14 de enero de 1809, en Londres, Inglaterra. Esa mañana no era especialmente fría como cabría esperarse de enero en Inglaterra. En cambio, las nubes cubrían el cielo y una suave y templada brisa circulaba a través de sus ahora templadas calles. Y he aquí, en la Lille Rd de Londres donde nos encontramos a Michel Duglas.

Michel Duglas era investigador privado desde hacía 24 años, y ahora cumplía recientemente los 46 años. Su pelo negro y sus pequeñas bolsas en los ojos demostraban ese cansancio típico de aquellos que sirven a la ley y junto con su gabardina marrón y su diario entraba en la comisaría de policía, un lugar siniestro y lúgubre debido a la luz de las velas que la iluminaba, y si bien la electricidad iba a ser instalada en Londres en los próximos años, este lugar no perdería su aspecto lúgubre. Los policías, cansados e infelices en su mayoría, rondaban por el lugar llevando y trayendo delincuentes de todo tipo.

Ahora, Michel se acercaba a recepción.

MICHEL: ¿Disculpe? - preguntaba con confianza

POLICIA 1: ¿En qué puedo ayudarle?

Delante suyo estaba este hombre, cansado de firmar papeles y con ganas de irse a dormir o beber en el bar con los compañeros de trabajo. Eran las 9 de la mañana.

MICHEL: He quedado con el comisario para charlar del caso Tepes.

POLICIA 1: Primera planta, última puerta de la izquierda.

MICHEL: Muchas gracias.

POLICIA 1: Lo que sea.

Avanzando por aquella oscuridad llegaba a la puerta del comisario, dando dos golpes para señalar su entrada.

INSPECTOR: Adelante.

El despacho del comisario no era diferente al resto del lugar, pero si parecía más alegre, debido probablemente a que tenía ventanas, buena luz y buena decoración.

MICHEL: Un placer, soy Michel Duglas, investigador privado, un placer.

INSPECTOR: Encantado, siéntese.

Michel se sentaba y tuvieron que pasar unos minutos hasta que el comisario dejó los papeles y empezó a hablar.

INSPECTOR: Bien, sabe porque le he llamado, ¿verdad?

MICHEL: ¿Por el caso Tepes?

INSPECTOR: Efectivamente. Verá, recientemente enviamos a uno de nuestros policías a una mansión al sur de Londres debido a que diversas personas habían sido atacadas alrededor de la misma. Debido a que el policía no regresó pasadas 24 horas, decidimos enviar a su compañero, el cual tampoco regresó. Y tan solo unas horas después de ello, la mansión entró en completa oscuridad, y todas sus luces se apagaron incluso en la noche.

MICHEL: ¿Y usted quiere que yo vaya a investigar?

INSPECTOR: Así es, si los jefes se enteran de esto estaremos en un aprieto, pero si usted, un investigador no afiliado a nosotros, resuelve el caso, ganará prestigio y nadie deberá sufrir el castigo por los errores. Simplemente diremos que los dos policías fueron abatidos por unos rebeldes en la costa y no pudimos recuperar sus cuerpos.

MICHEL: ¿Tan poco valora la vida humana?

INSPECTOR: No es que no la valore, es que no me importa ocultar la verdad con tal de mantener la calma en las calles.

Era una terrible verdad. Si esto se sabe públicamente los periodistas les destrozarían, sumado al caos que este generaría entre la población.

MICHEL: Está bien, iré mañana a primera hora de la mañana.

INSPECTOR: Debe ir hoy.

MICHEL: ¿Disculpe?

INSPECTOR: Estoy obligado a enviar un informe a mis superiores cada semana, y si descubren que el caso es falso me despedirán.

MICHEL: ¿Y no puede simplemente mentir?

INSPECTOR: Necesito pruebas que afirmen el caso, por eso quiero que también recupere sus cuerpos o alguna de sus pertenencias si es posible.

MICHEL: De acuerdo, pues me voy de inmediato.

INSPECTOR: Que Dios le acompañe.

MICHEL: No creo en dios, señor.

INSPECTOR: Pues debería.

Saliendo de comisaría, la lúgubre, oscura, y fría Londres se presentaba ante él. Londres estaba en época de guerra, y si ya en paz la vida era dura, entonces lo era más, pero la creciente industria ocultaba todo el polvo sucio bajo las tuercas de las fábricas.

MICHEL: ¡Taxi!

Un carruaje tirado por caballos paraba delante suya.

MICHEL: A la mansión de la señora Tepes, por favor.

CONDUCTOR: Marchando.

El carruaje se ponía en marcha y tras una hora y media llegaban a su destino.

MICHEL: ¿Cuánto será?

CONDUCTOR: 10 libras.

MICHEL: Aquí tiene.

CONDUCTOS: ¡Gracias, hia!

El carruaje marchaba de nuevo a la ciudad y Michel se paraba delante de la imponente verja, pero algo le llamaba la atención. Girando su cabeza a la derecha estaba una muchacha de poco más de 1´60, con el pelo largo y negro y ropas vaquero.

MICHEL: Disculpa niña, ¿te has perdido?

#primer rodillazo#

MICHEL: ¡Ah, oye!

CINTIA: Niña tú, viejales.

MICHEL: ¿Cuántos años tienes?

CINTIA: Tengo 28 para tu información.

MICHEL: Pues no estás muy desarrollada que se diga.

#segundo rodillazo#

Recuperándose se ponía en pie de nuevo.

MICHEL: Y bien, em…

CINTIA: Cintia

MICHEL: ¿Entonces Cintia, que haces aquí?

CINTIA: He venido porque mi hermano no ha vuelto desde hace 2 días a casa, y sé, porque él me lo dijo, que le asignaron un caso de desaparición en esta mansión, he venido a investigar.

MICHEL: ¿No deberías avisar a la policía?

CINTIA: Esos incompetentes no sabrían ni que hacer, seguro que enviarían a un investigador de poca monta a investigar con tal de no mancharse las manos. Y tú, ¿qué haces aquí?

MICHEL: Ah, em…

CINTIA: ¿Y bien?

MICHEL: Pues un amigo de tu hermano, que es amigo de mi hermana me ha dicho que lleva un par de días sin ir al bar, y me ha pedido que lo busque. He investigado y he descubierto que vino a esta mansión.

CINTIA: Ah, bien. ¿Qué, entramos?

MICHEL: Primero deberíamos intentar…

Cintia abría la gran puerta empujando con la mano.

CINTIA: ¡Está abierta, vamos!

MICHEL: Agh, supongo que no me molestará a la hora de investigar.

Michel y Cintia entraban en el terreno de la mansión, seguidos por una miedosa sombra.



















Capítulo 1: La Mansión de la Duquesa

Los ojos se abrían y solo se podía vislumbrar una oscuridad con tacto a madera. Abriendo lentamente la caja en la que se encontraba, veía a sus lados otras dos cajas, de madera y tras aclarar su vista, pegó un susto, pues eran ataúdes.

MICHEL: Dios mío, tengo que…, que…

No podía acordarse de nada, y aunque bien se acordaba de su nombre y de la época en la que estaba y todo su contexto, no recordaba nada de su vida ni sus conocidos.

MICHEL: Ho..Hola?!

Al girar su cabeza a la izquierda estaba un hombre de entre 20 y 25 años, pelo castaño oscuro, relajada complexión y con una cámara colgando del cuello.

MICHEL: Hola, ¿tu nombre?

ARTHUR: Creo que me llamo Arthur Smith, o algo así, no estoy muy seguro.

MICHEL: No te preocupes, yo estoy igual. Soy Michel encantado.

ARTHUR: Oh, si, un placer - estrechaban sus manos con temor.

CINTIA: ¡Ey, par de idiotas!

Girando sus cabezas a la derecha estaba Cintia.

CINTIA: ¿Se puede saber quién sois y dónde puñetas estoy?

MICHEL: Pues…

Michel salía del ataúd a la vez que todos y se reunían en el centro de la estancia. Era una especie de recibidor, con papel con estampado de flores y velas en las paredes, y tres puertas, dos a cada lateral y una al frente.

MICHEL: Creo que es una mansión, por la arquitectura del salón. ¿Y tu niña, estás perdida también?

#tercer rodillazo#

MICHEL: Ah…

CINTIA: Que sepas que tengo 28 años, viejales.

ARTHUR: Po..por favor, no nos pongamos violentos.

Y antes de poder seguir dialogando, un hombre entraba por la entrada principal. Era el mayordomo, un hombre de avanzada edad, arreglado, con buena postura y buenas ropas.

MAYORDOMO: Señores, señora, la duquesa les espera en el despacho.

Se retiraba con suavidad de la sala y volvió a cerrar las puertas.

CINTIA: Bien, pues deberíamos ir, ¿no?

MICHEL: ¿Y si primero revisamos las habitaciones de aquí?, podrían estar nuestras pertenencias o alguna pista.

CINTIA: Mira, no estás tan viejales. ¡Tú, Arthur, ven conmigo!

ARTHUR: ¡Si!

Cintia se adelantaba junto con Arthur y abría la puerta primera.

MICHEL: ¡Buenas!















Capítulo 2: La Cocina

Lo que se podía observar era una cocina típica de la época. Una gran isla en el centro con sus cajones, algunos fuegos para cocinar, cubertería, ollas y demás, pero la iluminación destacaba por su ausencia, pues solo unas pocas velas iluminaban la estancia, al contrario que la sala de estar.

CINTIA: Vaya, interesante.

MICHEL: Qué, ¿nunca habías visto una cocina?

CINTIA: Claro que sí, lo que me parece interesante es ese cajón de ahí.

Girándose los 3 podían observar un cajón con un candado.

MICHEL: Dejad que intente abrirlo. - Michel cogía un cuchillo e intentaba abrir el candado con la punta de este.

#crack#

El cuchillo se había partido por la punta.

MICHEL: Vaya…

CINTIA: Deja y observa viejales.

Cintia cogió el candado con una mano y de un fuerte tirón rompía el candado.

CINTIA: ¿ves?

MICHEL: Debe de estar viejo para romperse con tanta facilidad.

CINTIA: Si, tu créete eso. Veamos que hay dentro.

Al abrir el cajón pudieron observar varios tarros con partes humanas, como un corazón, un riñón y demás.

ARTHUR: Bggg…

Arthur vomitó ante tal escena.

Tanto Michel como Cintia cogieron un tarro.

MICHEL: ¿Chica, no sabrás tú de anatomía?

CINTIA: Pues para tu información no tengo ni idea de si he estudiado anatomía, pero si se lo suficiente para decirte que los cortes son muy limpios, demasiado tal vez. Y también que llevan mucho tiempo aquí, no sabría decirte cuánto.

MICHEL: ¿Y eso qué significa?

CINTIA: Mhh, no lo sé todavía.

ARTHUR: Entonces, creéis que tal vez la comida también lleve tiempo aquí, y si esta podrida, y si no podemos salir, y si…

#crunch#

Michel le pegaba un mordisco a una zanahoria que había en el bol de la isla central.

CINTIA: Ah, idiota.

MICHEL: Oye..pue..s… - #glub# - pues sabe bien, como recién cogida del huerto prácticamente.

ARTHUR: ¿Eso qué significa?

MICHEL: No lo sé, tampoco es que haya cocineros a los que preguntarles.

CINTIA: De momento veamos la despensa, que si es una cocina normal debería de tener. - Cintia observaba toda la sala con detenimiento.

ARTHUR: Ahí - observaba Arthur.

MICHEL: Bien visto.

Los tres se dirigían a la puerta con serias dudas de sus acciones.

CINTIA: Bueno, viejales, tu turno.

MICHEL: De acuerdo.

#glub#

Tragaba saliva para apoyar la mano en el pomo y disponerse a abrirla.


Capítulo 3: La Sala de Estar

#clack#

ARTHUR, MICHEL, CINTIA: ¡Ahhh!

El sonido de una puerta abriéndose afuera de la cocina les sorprendió a todos.

ARTHUR: Que..que ha sido eso?

MICHEL: Vamos a ver.

CINTIA: ¡Esperad! - Cintia cogía un par de cuchillos antes de irse.

CINTIA: Por si acaso. Toma Arthur.

ARTHUR: Gracias.

MICHEL: ¿Y yo?

#cuarto rodillazo#

CINTIA: Tu por viejo te quedas sin. - Cintia abandonaba ya la cocina.

MICHEL: Esta niña…

Dejaron la despensa cerrada y se dirigieron al salón. Allí, en frente de la abierta puerta se encontraba el mayordomo.

MAYORDOMO: Señores y señora, la duquesa les espera desde hace 2 minutos en el despacho.

MICHEL: Pues que se espere, que aún queda una sala por revisar. - decía Michel mientras se dirigía a la puerta de la izquierda de la sala.

CINTIA: Oye, estás idiota, tenemos que ir, ¿y si nos amenazan? ¿No te has dado cuenta de donde hemos despertado? - decía Cintia con altavoz

ARTHUR: ¿O nos matan?

CINTIA: No nos pasemos, Arthur. - decía Cintia

MICHEL: Eso es cierto, pero Cintia, - girándose hacia donde estaban ellos - si nos quisieran amenazar o “matar” ya lo habrían hecho, si no, no estaríamos aquí saliendo de ataúdes. Nos quieren para algo, ¿me equivoco, mayordomo de la duquesa?

Silencio

MICHEL: Bien, entonces.

Michel abría la puerta de la habitación izquierda.

MICHEL: ¡Ohh!

La habitación era una biblioteca, pequeña, pero repleta de estanterías con libros y papeles. Había un par de ventanas que daban al exterior, cubiertas por la cortina, y una mesa, además de los candelabros que iluminaban la sala.

MICHEL: Esto es interesante

CINTIA: ¿De qué serán estos libros? - Cintia, también curiosa, se acercaba a la estantería para coger algún libro.

ARTHUR: ¿Y bien?

CINTIA: Parece ser que son libros de anatómica, sepulcros, investigaciones post-mortem y demás libros. Viejales, ¿algo diferente por allí? - refiriéndose a las estanterías del otro lado de la habitación.

MICHEL: Diría que sí. Estos son libros de ocultismo, rituales, seres mitológicos y también anatomía de seres nocturnos.

ARTHUR: ¿Y eso chicos es bueno?

MICHEL, CINTIA: ¡Por supuesto! - girándose a la vez hacia Arthur.

CINTIA: Esto nos puede ayudar a saber por qué estamos aquí.

MICHEL: ¿Cintia, crees que nos querrán para quitarnos los órganos y venderlos? ¿O quizás para algún ritual de una de esas sectas satánicas?

CINTIA: Mhh, no sabría decirte. Teniendo en cuenta todos los libros, es como si quisiera encontrar seres de leyendas para analizarlos y estudiarlos.

MICHEL: Mhh

CINTIA: Mhhh…

ARTHUR: aaaaa - susurraba en voz baja.

MICHEL: En fin, vayamos a ver a la duquesa, a ver que tiene que decir.

CINTIA: Bien, ¡mayordomo! - gritaba Cintia y a los segundos este entraba por la entreabierta puerta.

MAYORDOMO: ¿Están listos?

MICHEL: Sí.

MAYORDOMO: Síganme, por favor.

Saliendo de la biblioteca y la sala de estar, entraban al recibidor. Una gran puerta a la derecha, una lámpara de araña en el techo y unas escaleras a la izquierda, que se dividían en dos lados de la casa en la primera planta.

MICHEL: Un momento.

Michel se giraba rápidamente hacia la puerta principal.

#clhk#

Cerrada

MICHEL: Había que intentarlo.

Tras subir las escaleras, un largo pasillo conectaba ambos extremos de la casa. Avanzando por la izquierda y siguiendo recto, el mayordomo los llevó hasta la última puerta, abriéndose.

MAYORDOMO: Adelante.

Todos avanzaron al interior de la sala.








Capítulo 4: El Despacho

Ante ellos se abría un gran despacho. Hacia los laterales había estanterías repletas de libros, al frente un ventanal con la cortina deslizada, y en el centro de la sala, un par de asientos, una mesa con algunas velas y un sofá apuntando hacia la mesa en frente del ventanal.

MAYORDOMO: Por favor, esperen a que llegue la señora. - el mayordomo se retiraba de la sala cerrándola con llave.

CINTIA: ¡Oiga! - gritaba Cintia intentando abrir la puerta - Será desgraciado.

MICHEL: En fin, a registrar. - exclamaba Michel con ilusión.

ARTHUR: Este hombre nos matará a todos…

MICHEL: Vamos, no nos pongamos así. Yo revisaré las estanterías a ver que tenemos.

CINTIA: ¡Tú, Arthur!

ARTHUR: ¿¡Sí!?

CINTIA: Ven conmigo, revisemos la mesa.

ARTHUR: Si.

Mientras paseaban por la sala observando todos los detalles las incógnitas no hacían más que sumarse.

CINTIA: Viejales, ¿tienes algo?

MICHEL: Mhh, estos libros son como los de abajo. Que si seres antiguos, que si cadáveres y muertos, cementerios…, ¡OH!

CINTIA: ¿Qué?

MICHEL: Mirad.

Michel traía un libro titulado “Los monstruos de Rumanía”.

CINTIA: Agh… - Cintia recibió un dolor repentino de cabeza.

ARTHUR: ¿Estás bien?

CINTIA: Sí, es sólo que ahora me acuerdo.

MICHEL: ¿De qué?

CINTIA: Yo he estudiado algo parecido. Esto podría ser preocupante según lo que encontremos.

MICHEL: ¿Y eso?

CINTIA: Ya lo veremos. De momento sigamos buscando.

MICHEL: Bien, veamos…

Mientras Michel volvía a las estanterías, Cintia y Arthur revisaban la mesa y en ella encontraron un cajón con candado.

CINTIA: Interesante.

MICHEL: ¿El qué?

#clack#

El candado se rompió con la patada de Cintia.

CINTIA: ¡Eh voila!

ARTHUR: ¡Madre mía! - Arthur se estremecía al ver el contenido. Una fotografía, una cruz y una pistola con balas que parecían hechas de plata.

MICHEL: ¿Que, que, qué? -corría Michel a observar también.

CINTIA: Esto es interesante. Ok, los dos, a los sofás.

Los tres se sentaban en los sofás y dejaban los objetos en la mesa del centro.

CINTIA: Tenemos que pensar. ¿Qué creéis que significa todo esto?

MICHEL: ¡Monstruos! - exclamaba con entusiasmo Michel.

ARTHUR: ¡Ahhh, no, no, no! - Arthur estaba aterrado.

CINTIA: ¿Porque dices eso Michel? - preguntaba Cintia.

MICHEL: Primero, hemos despertado de ataúdes. Los ataúdes sólo se utilizan para enterrar cadáveres o según historias de cuentos, donde duermen los vampiros, ¿no, Cintia?

CINTIA: Mh, es lógico. Creo alguna vez haber leído sobre ello.

MICHEL: Segundo, ¿habéis visto algún objeto religioso en toda la casa?

ARTHUR: Creo que no… - decía intentando recordar.

MICHEL: Básicamente porque Inglaterra es un país muy religioso, es raro que no haya nada religioso en la casa. Los fantasmas suelen ser espantados por objetos de Dios, ¿verdad?

CINTIA: Además, están las balas de plata y esto hace daño a los hombres lobo, aunque en general también al resto de monstruos.

ARTHUR: Mh…

CINTIA: ¿Pasa algo Arthur?

ARTHUR: No, es solo que, esta foto. La ropa de la foto es antigua, bueno, no de hace siglos, pero los últimos en llevarlas serían nuestros abuelos.

MICHEL: ¡Entonces son Vampiros!

ARTHUR: ¡No, no, no! - se encogía de miedo en el suelo.

CINTIA: Venga, va, no te acobardes. - confortaba Cintia a Arthur.

ARTHUR: ¡Ah!

MICHEL: ¿Y ahora qué?

ARTHUR: ¿Y si hay algo debajo de la alfombra?

Efectivamente, una alfombra estaba debajo de la mesa.

CINTIA: Viejales, levántala.

MICHEL: Ok.

Cintia y Arthur se apartaban del centro.

MICHEL: Una, dos y …

ARTHUR: Ah. - cerraba los ojos.

No había nada más que suelo. Sí, el suelo está hecho de suelo.

MICHEL: Nada.

ARTHUR: Bien, me quedo más tranquilo, creo.

CINTIA: Creo que deberíamos movernos.

MICHEL: ¿Y eso?

CINTIA: Hace 15 minutos que estamos aquí y no llega nadie. Deberíamos movernos y averiguar qué está pasando. Igualmente, yo me quedaré la pistola con las balas. Arthur, toma la foto.

MICHEL: ¡Oye!

MICHEL: ¿Me das tu cuchillo y la cruz?

CINTIA: ¿Como?

MICHEL: A ver, tú llevas una pistola, dame el cuchillo y la cruz, porfa.

CINTIA: Bueno, ya que estás viejo, toma, para acercarte más a Dios.

MICHEL: ¡Que tengo 46!

CINTIA: ¡Me da igual! Vámonos.

Y cuando todos se giraron hacia la puerta, algo les sorprendió a la vez. Un espejo, que cubría parte de la parte superior de la puerta, reflejaba toda la sala permitiendo ver las espaldas de todos los sentados allí.

ARTHUR: Oh. Michel, ¡subeme!

MICHEL: ¡Voy!

Arthur se subía encima de Michel para observar el espejo.

CINTIA: Idiotas, ¿qué miráis?

MICHEL: Si es un vampiro, si le reflejamos el espejo, sabremos si de verdad lo es. - decía Arthur intentando quitarlo.

CINTIA: Pero si es un vampiro, ¿de qué nos sirve? Si está, no la veremos, y si no está, tampoco. Además, ¿para qué querría un espejo tan grande?

ARTHUR: ¿Tal vez para ver si sus invitados sacaban armas o algo?

MICHEL: Oh, buen razonamiento Arthur.

CINTIA: En fin, vamos a…

La puerta se abría de par en par sin obstáculos.

MICHEL: ¿No había cerrado con llave?

CINTIA: Pues sí. Qué raro.

CINTIA: Da igual, vámonos.

CINTIA: Esperad. Cojamos un par de candelabros.

Cintia cogía un candelabro y Michel el otro.

MICHEL: No, revisemos este piso. - interrumpía Michel el paso de Cintia que se dirigía a las escaleras.

CINTIA: ¿Qué dices?

MICHEL: Escucha. Si el mayordomo o alguien aparece, abajo estamos acorralados, y si queremos subir, si están arriba tiene ventaja de altura. Y subir las escaleras es más lento que bajarlas, pero estando arriba podemos huir hacia abajo, o empujarle por las escaleras.

ARTHUR: Tiene razón. - apoyaba Arthur el planteamiento de Michel.

CINTIA: Mhh…

MICHEL: Va.

CINTIA: Está bien. ¿Cuántos cuartos hay?

MICHEL: Dos a cada lado de aquel lado de la casa.

CINTIA: Bien, Arthur y yo revisaremos la derecha. Tú, Michel, la izquierda.

MICHEL: Ok, let's go.





































Capítulo 5: Habitaciones Oscuras - Parte 1

Ahora nos encontramos con Michel.

MICHEL: Muy bien, primera habitación.

Al abrir la habitación, no pudo contener su sorpresa. Una única mesilla ocupaba el centro de la mesa, con nada más que una vela apagada. La habitación cuadrada, oscura, sin ventanas, pero eso sí, ni una mota de polvo.

MICHEL: Curioso

Michel se acercaba a la mesa y al abrirla su contenido era desilusionador. Estaba vacía a excepción de una placa de policía.

MICHEL: Mh, ¿esto es una placa de policía, que hace aquí?

Michel se guardaba la placa en su bolsillo.

MICHEL: Pues nada, siguiente habitación.

Michel salía de la habitación y entrando en la siguiente su ilusión crecía.

MICHEL: ¡Oh, esto ya está mejor!

Era una habitación un poco más grande que la anterior, tenía una ventana con la cortina bajada, una cama individual, un armario y lo más curioso, un cuadro a escala de una dama.

MICHEL: Oh, ¿será la duquesa?

Y mientras lo observaba se daba cuenta de algo, el cuadro le seguía con la mirada.

MICHEL: Uhhh, que mal rollo. La verdad, nunca me han gustado ese tipo de cuadros.

El cuadro seguía a Michel mientras investigaba.

MICHEL: Veamos, ¿que tenemos en el armario número 1?

Ropa, ropa de mujer. Un corsé, algunos vestidos, camisetas y demás.

MICHEL: Mh…

Michel cerraba el armario para pasar a la cama.

MICHEL: Veamos, esto está más limpio que mi casa. ¿Y debajo?

Con miedo, bajaba a mirar debajo de la cama. No había nada.

MICHEL: Mierda…

Michel sentía algo en su espalda. Y con lentitud, este se levantaba hasta ponerse de pie.

MICHEL: Ok, me giro a la de una, dos…

#fiuuu#

MICHEL: ¡Ahhh!

No había nada, el viento al girarse apagó el candelabro.

MICHEL: Agh, que mal susto. Mejor me voy afuera a esperar a estos dos.

El cuadro aún le seguía con la mirada.











Capítulo 5: Habitaciones Oscuras - Parte 2

Arthur y Cintia avanzaban hacia la primera habitación.

CINTIA: ¿Listo?

ARTHUR: ¡Listo!

Y bum, la primera habitación era un cuarto. El cuarto se componía de una ventana, con la cortina subida, una cama individual, una mesita de noche y un armario.

ARTHUR: ¿De quién crees que es esta habitación?

CINTIA: Tal vez - y abría Cintia el armario - del mayordomo, por la ropa.

Era ropa en su mayoría típica de un mayordomo.

#ahh#

Se oía de fondo.

CINTIA: Será cobarde el viejo.

ARTHUR: Eso parece, voy a mirar el cajón.

Dentro del cajón, no había más que una foto familiar.

ARTHUR: Mira Cintia.

CINTIA: Oh, es una familia.

ARTHUR: Si, y si te fijas.

Arthur sacaba la foto que cogieron en el despacho.

ARTHUR: La gente ha cambiado, pero no veo a ningún mayordomo, como mucho este hombre más viejo a la derecha de la familia, pero no lleva la ropa de mayordomo.

CINTIA: ¿Eso qué significa?

ARTHUR: Tal vez el mayordomo sea nuevo.

CINTIA: Mh, puede ser. Veamos la siguiente habitación.

Pasando a la siguiente sala encontraban ante ellos el baño de la casa.

Un espejo, con la pica. Un inodoro y una bañera de mármol, que destacaba con la cerámica azul del resto del baño.

CINTIA: Pues vaya, que decepción. - decía Cintia

Arthur se ponía ante el espejo a pensar.

ARTHUR: Mh, me veo diferente en este espejo. Si que está limpio, y si…

Arthur sacaba ambas fotos y las ponía mirando al espejo.

ARTHUR: Ja, hasta el viejo ha mejorado, aunque el resto de familiares están iguales en ambas fotos.

CINTIA: ¿Qué pasa Arthur?

ARTHUR: Nada, es solo que este espejo hace que mi rostro, probablemente el tuyo y el del mayordomo de la segunda foto se vean diferentes.

CINTIA: ¡Mola!

ARTHUR: No, no mola. Va, vayamos con Michel al pasillo.

Salían del pasillo y Michel estaba esperando en la barandilla de la escalera.

MICHEL: ¡Hey!









Capítulo 6: La Despensa

Los tres se reunían de nuevo en el pasillo.

CINTIA: Bueno, viejales ¿qué has descubierto?

MICHEL: Básicamente un cuadro de una señora que daba mucho mal rollo y el cuarto de la señora, pero poco más, la verdad. Eso sí, mirad.

Michel le daba la placa a Cintia.

CINTIA: ¿Una placa de policía?

MICHEL: Raro, ¿verdad?

CINTIA: Bueno, viejales, no eres tan incompetente.

MICHEL: Jajaja, gracias niña.

#quinto rodillazo#

MICHEL: Y vosotros, ¿que habéis encontrado?

CINTIA: Pues la habitación del mayordomo, un baño y poco más, la verdad. No sé qué más encontrar

MICHEL: ¡Mierda!

CINTIA: ¿Qué pasa viejales?

MICHEL: Si venimos de abajo y hemos revisado este piso, ¿dónde está el mayordomo que antes estaba aquí?

Los nervios de Arthur y Cintia se ponían de puntas al darse cuenta.

ARTHUR: ¿Creéis que ha ido a la despensa que no abrimos?

MICHEL: ¡Vamos!

Corriendo aterrorizados por el momento llegaron a la despensa de nuevo.

-Mirad un momento - decía Arthur.

La cocina tenía muchísimo ajo, algo que no estaba antes.

CINTIA: Mierda. ¡Viejales, abre!

Michel abría y los tres entraban en la despensa. Las escaleras bajaban y la oscuridad era mayor.

#fsss#

MICHEL: ¿Qué es eso?

Los tres llegaban abajo del todo y al apuntar sus candelabros hacia la derecha, se podía ver al mayordomo rodeado por tres ratas humanoides del tamaño de niños que roían al mayordomo.

CINTIA: ¡shhh!

Intentando irse silenciosamente, Arthur pisaba un cristal.

#crack#

ARTHUR: Perdón…

Las ratas se alertaban y corrían hacia ellos.

MICHEL: ¡Mierda!

Cintia sacaba su pistola y disparaba a discreción hacia las ratas. Una de ellas saltaba hacia Michel.

MICHEL: Jod… - contra los arañazos Michel le clavaba el cuchillo.

ARTHUR: ¡Ahh! - gritaba Arthur mientras le venía una rata.

CINTIA: ¡Arthur!

Arthur lanzó el cuchillo hacia la rata, dándole en el cráneo. Cintia había matado a la otra rata.

CINTIA: ¿Estás bien Arthur? ¿Michel?

MICHEL: Sí.

MICHEL: veo que te sabes mi nombre.

#sexto rodillazo, más suave#

CINTIA: Cállate, viejales.

Los tres ya en pie se acercaban al cadáver.

MICHEL: Que asco, le han roído, pero bien.

ARTHUR: Y menudo agujero - observaba Arthur.

CINTIA: Estos libros de rituales y vampiros. Parece que el mayordomo planeaba algo.

MICHEL: ¿Creéis que contra la señora?

CINTIA: Posiblemente.

#clack#



















Capítulo 7: La Puerta Principal

ARTHUR: ¿Qué ha sido eso?

MICHEL: Creo que ha sido la puerta de afuera, vamos, dejémoslo.

ARTHUR: Esperad - dejaba la foto junto a él y le cerraba los ojos - vámonos.

Subiendo afuera, la puerta principal estaba abierta.

ARTHUR: ¡Vámonos, ya!

Los tres cruzaban la puerta y la luz del cielo les deslumbraba.

MICHEL: Bueno, creo que se acabó.

ARTHUR: Uff, menos mal.

MICHEL: Jajá.

MICHEL: Va, os invito a algo, me se un buen restaurante.

CINTIA: Eso espero viejales.

Mientras los tres se alejaban, Michel miró hacia atrás y a través del ventanal de la entrada, una suave sombra alta y femenina se vislumbraba en el descansillo de la señora.

CINTIA: Michel, ¿pasa algo?

Arthur también se giraba.

MICHEL: Mhh, no, nada. Vámonos.

Y así, abandonaban la residencia de la Duquesa de los Tepes. Y en la lejanía, una sombra se ocultaba de nuevo en la oscuridad de la mansión.






Epílogo
#22 de marzo de 1811, Inglaterra, Londres#

Un hombre entraba en comisaria y se acercaba a recepción.

- ¿Disculpe, está la criminóloga Cintia aquí?

POLICIA 1: Si, planta baja al fondo.

-Gracias

POLICIA 1: Un momento, usted no es…

-NO!

Al final del pasillo se encontraba la sala de cirugía, para revisar los cadáveres.

CINTIA: Fuera, que estoy ocupada.

-No tienes tiempo ni para hablar con un viejo de 48 años?

Cintia se giraba hacia el misterioso hombre.

CINTIA: ¡Michel!

Ambos se abrazaban de la alegría de verse.

#septimo rodillazo#

CINTIA: Dios mío, no te veía desde hace varios meses. ¿Qué has hecho a parte de escribir libros?

MICHEL: Bueno, he viajado un poco por Europa, investigando por Rumania y demás.

CINTIA: ¿Y eso?

MICHEL: Mejor te lo cuento con Arthur, nos vemos a las 8 en el San. Marri!

Michel se marchaba de la sala.

CINTIA: ¡Oye!

CINTIA: Sera idiota.

#mas tarde, sobre las 8 de la tarde en el San. Marri#

Un hombre mas joven entraba en el local.

MICHEL: ¡Arthur, aquí!

Arthur se dirigía a la mesa en la que se encontraba y se sentaba a su lado.

ARTHUR: Dios, hace cuanto no te veo. Me sorprendiste esta mañana.

MICHEL: Jajaja, gracias. Por cierto.

ARHTUR: ¿Sí?

MICHEL: ¿Qué tal lo llevas cortejándola? – decía en susurro.

Arthur escupía la cerveza.

ARTHUR: ¿Qué dices, cortejando a quién?

MICHEL: Oh, vamos, es obvio. No me digas que no te hiciste fotógrafo de la policía para poder verla más a menudo.

ARTHUR: No es de tu incumbencia.

MICHEL: ok, ok.

ARTHUR: Pero ya le he pedido una cita.

MICHEL: Oh, y como…

Cintia entraba en el local.

CINTIA: ¿De que habláis?

MICHEL: De nada importante.

Los tres pedían sus comidas y hablaban de lo que había hecho los últimos meses.

CINTIA: ¿Y bien, para que nos has reunido?

MICHEL: Se donde esta tu hermano.

Los ojos de Arthur y Cintia se ponían como platos.

ARTHUR: ¿Qué quieres decir?

MICHEL: No me fui a Rumania por nada. Estaba investigando la mansión en la que estuvimos y descubrí el nombre de la duquesa, la duquesa Tepes.

ARTHUR: ¿Tepes? ¿De qué me suena?

CINTIA: ¿No son la familia dueña de la empresa de material de cirugías más importante de Rumania y la segunda de Inglaterra?

MICHEL: Exacto. Después de ello me fui a Rumania y descubrí donde residen durante cada época del año. Me costo bastante la verdad, son muy reservados.

CINTIA: ¿Y eso que tiene que ver con mi hermano?

MICHEL: Le vi.

Cintia se levantaba empujando la mesa y mirando fijamente a Michel esperando que no se tratase de una broma pesada.

ARTHUR: ¿Lo dices en serio?

MCIHEL: Si, un poco mas joven que en la fotografía que nos enseñaste, pero sí.

Cintia se volvía a sentar.

CINTIA: ¿Y dónde está ahora?

MICHEL: Si no se ha movido, trabajando en el Castillo de Bran.

Cintia seguía asimilando la situación y Arthur estaba impactado, pero ambos casi al mismo tiempo miraron a Michel.

MICHEL: ¿Entonces, nos vamos?



¿Fin?

Surviving Mars is the perfect game if you've ever dreamed of building a colony on the Red Planet. It's super challenging, with resource management, unexpected disasters, and those pesky colonists to deal with. The start can be a bit slow, and it's definitely not for everyone, but that feeling of finally creating a thriving dome city is worth it! It's a niche strategy game, but if Mars bases and survival mechanics are your thing, this one is awesome.

This is something of a dream that many people are having with the idea of one day establishing a colony on Mars and in this game you get to do just that! You need to manage your cash flow, however, along with the different resources that you have to acquire to get your first dome built and preferably a few buildings as first you need to use drones as the surface is completely inhospitable for humans.

Soon enough you'll be building all kinds of domes and with the different DLCs, connecting them all up together and even terraforming the planet into a whole new world! Of course, it depends on what you actually have, sadly.

I've spent many hours with this and probably will do so later. Though the colonists do seem to have a bit of a personality so you need to watch out for those who may have traits that make them difficult to entertain or cheer up for whatever reason and provide a wide variety of entertainment! It's pretty in-depth in what you have to do, to attempt to terraform the planet and much of the technology I feel we're not there yet so we're going to have to wait and see what the future holds for us.

La banda sonora god. GOD.