Este título en su versión de Xbox se conoce como Bloody Roar Extreme y cuenta con las mismas características de Primal Fury para GCN, ofreciendo la misma experiencia y el mismo nivel de entretenimiento. De entre los cambios presentes en Extreme se mencionan el estilo CG de las cinemáticas a diferencia del anime en Primal Fury y la adición de un personaje que no existe en la versión de la consola de Nintendo. Por todo lo demás es el mismo juego con el mismo gameplay. Es un buen juego desde donde se le mire, y una buena adición a la colección de cualquier poseedor de una caja X de Microsoft. Aún hay muchos que esperamos ver esta franquicia renacer en las consolas de actual generación.

Bloody Roar es una de esas franquicias que quisieras ver de regreso en la industria, y es que, aunque su gameplay en general no difiere mucho de la gran cantidad de juegos de pelea existentes, cuenta con una característica que a grandes rasgos no cambia drásticamente el modo de juego, pero si aporta visualmente a la experiencia y la emoción del momento: la transformación en bestias salvajes. Primal Fury para GCN es un port mejorado de Bloody Roar 3 para PS2. Haciendo uso de la potencia de la caja nipona los modelados 3D de los personajes cambiaron y algunos escenarios se remodelaron, entregando la mejor experiencia posible. Es un buen juego de peleas con personajes bastante variados y con estilos de pelea definidos. Las transformaciones en bestia, aunque no cambian el modo de juego, si realizan cambios en el daño y la velocidad de algunos de los movimientos, cosa que las convierte en una herramienta más del repertorio de combate sin alterar la jugabilidad. El modo historia continúa la trama principal de la saga, contándonos a través de cinemáticas estilo anime pequeños momentos decisivos en la vida del personaje que elegimos. Es uno de los mejores títulos de la caja, y es un juego perteneciente a una franquicia que muchos videojugadores quisieran ver de regreso.