Otra entrega que me ha sorprendido en esta segunda vuelta... pero esta vez por volver a tener las mismas impresiones que en su día. Esto se debe a que Dual Destinies es tan claramente una entrega reaccionaria a ciertas críticas de Apollo Justice que ya no comparto que me esperaba que ese aspecto me empañase el conjunto ahora que la entrega anterior me gusta mucho más.

Y sí, no puedo negar que aquí hay ciertas decisiones que son claramente cobardes, como devolverle demasiado protagonismo a Phoenix y relegar a Trucy al mero cameo ocasional. El juego también tiene otra debilidad clara (e inhabitual para una visual novel): una simplificación exagerada de sus mecánicas. Se nota que hubo esfuerzos para simplificar la fórmula y ciertos de los aspectos que dificultaban estos juegos de manera artificial, pero se pasaron de frenada. El bajón de dificultad impacta negativamente ambas mitades del juego, con investigaciones demasiado sobre raíles y días de juicio en los que buenos giros se mascan tanto que a veces diminuye su impacto.

Sé que a estas alturas tiene que parecer que tengo una opinión muy negativa de Dual Destinies, pero aquí llegamos al quid de la cuestión: el nuevo equipo que toma las riendas aquí es tan bueno escribiendo un juego de Ace Attorney que consigue superar todas estas pegas para que la opinión general que se me quede sea muy positiva. Dual Destinies simplemente funciona, con unos casos que fluctúan entre extremadamente sólidos y picos absolutos de la saga (5-3, my beloved), y una nueva fórmula de protagonismo compartido en el gabinete Wright que le da un toque propio y muy apreciable a la trama. Los nuevos personajes son un éxito, desde Athena (como la primera vez, me cuesta de primeras, pero solo va creciendo a medida del juego) hasta Blackquill (que sigue siendo de mis fiscales favoritos), pasando por mil secundarios episódicos muy memorables.

Me resulta fascinante el paso de la batuta que ocurre aquí ante la marcha de Takumi, porque resulta muy palpable que este juego no lo escribe él, pero en ningún momento de forma negativa. La gran fuerza del guión del juego radica en proponer casos con misterios muy cuidados, que consiguen a menudo encadenar varios giros totalmente inesperados sin caer pese a ello en la trampa de ser demasiado enrevesados. Además, esta es probablemente la media de calidad más constante que había tenido a estas alturas un juego de la saga. Pese a empezar con un primer caso olvidable, no hay ninguno que dé un paso en falso. El nivel no para de subir hasta llegar al mejor caso autocontenido de la saga hasta entonces y a un caso final que me sigue teniendo roto una década después. Sensación que solo aumenta si añadimos el DLC, que he jugado por primera vez gracias al remaster y se queda como uno de los mejores casos del juego.

Mención especial también para la entrada de la saga en el 3D con este juego. Aunque el primer caso resulta duro cuando uno viene del remaster del AJ, una vez pasado el tiempo de adaptación es innegable que hubo un mimo gigantesco para no perder un ápice de expresividad ni humor pese al cambio gráfico. Diría incluso que solo sirve para aumentar esos aspecots, ya que es aquí que la saga empieza a desmelenarse con ciertas de las animaciones únicas de los personajes, especialmente en lo relativo a los breakdowns.

Dual Destinies es un juego paradójico, que demuestra que a veces un par de decisiones cuestionables no tienen por qué arruinar el conjunto mientras el resto de elementos estén a la altura. He redescubierto que aquí ya están todas las semillas que hicieron que tres años más tarde la sexta entrega se convirtiera en una de mis favoritas de toda la saga. Hora de ver si sigue siendo el caso.

Reviewed on Feb 25, 2024


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