Parece mentira que haya tardado 6 años tras pasarme Yakuza 0 en empezar el resto de la saga de Kiryu, pero aquí estamos.

Jugar a este remake del primero tras haber descubierto la saga con Yakuza 0 es una experiencia profundamente afectada por ese juego. No solo es que Kiwami use el mismo motor, o que herede minijuegos y tramas secundarias. El verdadero impacto reside en que el impacto de la historia principal es radicalmente distinto de lo que tuvo que ser en su día gracias a esa precuela. Aunque se sigue notando que es un juego de PS2 en su ritmo narrativo, lo que ocurre se vive mucho más tras haber pasado 80 horas en 2018 aprendiendo a querer a todos los personajes afectados por estos eventos. No me esperaba que la primera historia de Kiryu me dejase tan tocado. Entiendo que esto fuera el principio de un largo recorrido para él, porque es un protagonista instantáneamente icónico.

Por lo demás, el juego se siente como una versión concentrada y algo inferior del 0, pero igualmente muy disfrutable. Me lo he pasado genial volviendo a explorar las calles de Kamurocho mientras resolvía entuertos hilarantes, ganaba carreras de Pocket Racing (vaya droga) y me peleaba contra Majima más de 50 veces (excelente añadido, 10/10, no notes).

Por fin ha empezado mi recorrido por la saga original de Kiryu, muchas ganas de ir siguiendo con sus aventuras cuando pueda.

Reviewed on Mar 15, 2024


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