Quantum Break es un juego que logra su denominación como videojuego por lo justo, y es que gran parte de su enfoque y modo de desarrollo se basa en contar una historia supremamente interesante intentando adaptarla a una jugabilidad y unas mecánicas que no son para nada necesarias, pero que de igual forma no dejan de ser bastante innovadoras. Para comenzar, Quantum Break es un juego de acción, tenemos el control de Jack Joyce, un hombre que gracias a un accidente en un experimento científico que involucra a una máquina del tiempo obtiene unos poderes bastante peculiares que le permiten (entre otras cosas) detener o acelerar el flujo del tiempo en determinados objetos o personas. Todo el gameplay se basa en esta premisa; podemos congelar determinados objetivos en el tiempo, crear burbujas protectoras, movernos rápidamente, etc., mientras nos abrimos paso con las herramientas básicas y rudimentarias de todo título de acción: armas de fuego. La pequeña explicación de la historia de ahí arriba es solo una muestra de la excusa que necesitaba Remedy para agregar jugabilidad y mecánicas a un guion muy bien escrito e investigado. Ahora bien, la premisa de la historia es dejarnos pensando durante mucho tiempo y reflexionando sobre lo que acabamos de ver; es tanta su importancia en el juego que hasta segmentos live action fueron grabados para dar más solidez y contexto a los personajes secundarios. Irónicamente solo 4 de las aproximadamente 10 horas de juego (mi experiencia) son de jugabilidad real, las otras 6 nos las pasaremos observando unas muy bien logradas actuaciones tanto reales como en motion capture y leyendo numerosos objetos narrativos que nos explican el trasfondo de una historia de viajes en el tiempo que se sale de lo convencional y entrega un guion sólido. El problema principal de Quantum Break está en la poca importancia que le dieron a mezclar este tipo de narrativa con la jugabilidad. Las dos son muy buenas (la historia es mucho mejor pero el gameplay no es malo en absoluto) pero la narrativa se lleva por encima a los segmentos en los que el jugador tiene el control y todo, incluyendo el protagonista, pasa a un segundo plano otorgando demasiada importancia a personajes que está presentes solo para dar forma a la trama principal. Dentro de las mecánicas se han incluido segmentos en los que el jugador tiene la posibilidad de elegir entre dos posibles futuros, cambiando algunas acciones y el contenido de los live action, pero es una opción que a la larga no agrega mucho y está presente solo para intentar dar la sensación de variedad cuando a fin de cuentas el flujo del juego es bastante lineal. Probablemente si hubieran adaptado mejor esos segmentos a la historia de los viajes en el tiempo y sus consecuencias estaríamos hablando de otras cosas. Remedy nos entrega un título muy hermoso visualmente, con una de las mejores historias sobre viajes en el tiempo que se ha visto en mucho y con una jugabilidad que explora nuevas mecánicas. Se recomienda jugarlo, no por su jugabilidad (irónicamente) si no por la gran historia que Remedy ha creado y quiere contarnos por medio de un juego que fue exclusivo de Xbox One por muy poco tiempo.

Reviewed on Nov 04, 2022


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