Dear Esther no es un juego para todo el mundo, y también importa mucho en la época y momento en el que te encuentres al jugarlo. Yo lo he jugado en dos "momentos" diferentes: en directo, en mi canal de Twitch y luego yo sola en privado. Comentarlo con colegas y jugarlo con tu propia reflexión, hace que me haya replanteado muchas cosas de su historia y sobre todo de su final.
La historia, como ya he dicho, la cuentan salteada, mareándote un poco y sin enterarte de la copla hasta su final; yo esto pensaba que no me había enterado por jugarlo y comentarlo a la vez, pero no... Al jugarlo sola, me di cuenta de que es un detalle, mecánica del propio juego, para no dar toda la historia o los motivos y por qué de su final, al principio, sino que NOSOTROS, con nuestro paseo y observación, vayamos sumando las partes de esta. Hay que resaltar que al ser un Walking simulator, si no pones este tipo de mecánicas, pues el juego se haría terriblemente tedioso. Cosa que no ocurre en absoluto, sino que te hace quedarte durante horas perdido en esa isla.

Dear Esther es un juego corto, de apenas 5h de juego, pero extremadamente rejugable, sobre todo si queremos descubrir TODOS los secretos "logros" de la isla. Es un juego sensorial, para jugar con auriculares o los altavoces al máximo, para no perdernos detalle en su narración y de la atmósfera que nos rodea. Es una experiencia para degustar poco a poco y sin prisas. Dear Esther es como un pequeño viaje de fin de semana para desconectar del mundo y perderte en un buen libro. Es un paseo en Myst, quitando puzles y todo lo que sea complicado. Simplemente paseando y escuchando el sonido del mar, mientras nos cuentan una historia.
Dear Esther es uno de esos juegos para jugar despacito y disfrutando de la experiencia.

Reviewed on Aug 02, 2022


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