El lore que rodea a todos los juegos de STASIS es inquietante, aterrador y del gore más puro que haya visto o jugado.
En los primeros minutos de BONE TOTEM, ya nos damos cuenta de esto y de que el relato que nos van a contar no va a ser un camino de rosas.
El juego se divide en capítulos que nos irán introduciendo en las entrañas de la corporación CAYNE, sus experimentos, su religión (de la que ya vimos retazos en CAYNE y STASIS) y de lo que descubrieron en el fondo…
El juego nos presenta a tres personajes que controlaremos a la vez por el DeepSea15, el centro marítimo de investigación y desarrollo de Cayne: Charlie, Mac y el osito robótico Moisés.
Estos tres personajes dan por casualidad con esta estructura en mitad del océano, y se precipitan en su interior en busca de supervivientes.
Al contrario de otros juegos de terror, que el miedo viene en formato scarejumps, figuras tenebrosas o situaciones de pánico, en los juegos de The Brotherhood viene en dosis de lectura de PDA y diarios.
La atmosfera claustrofóbica, de agobio y auténtico terror, nos la iremos creando nosotros conforme avancemos en su historia y lectura de interminables textos. Y los creadores nos la adornan con figuras corpóreas desmembradas, generando figuras de verdadero arte tenebroso.
Sin entrar en destripamientos y en profundidad en la historia, os diré que es un juego que no decepciona. Engancha de principio a fin. Te hace conectar con cada uno de sus personajes, sus motivaciones, su porqué de cada uno de sus actos.
Un relato terrorífico del que quieres escapar, pero quieres saber más.
La BSO que te acompaña todo el juego te hace partícipe en las macabras escenas que vemos y que nos cuentan. Cada uno de sus temas está bien encajado en la parte que estemos jugando en ese momento, con la atmosfera de ruidecitos, goteos, llantos… que ya nos tienen acostumbrados The Brotherhood.
El arte es brutal. Detallado, terrífico y extremadamente gore. Inspirado en el arte de H.R. Giger y que hace que te estremezcas en cada uno de sus detalles.
En definitiva, si habéis jugado los dos anteriores (CAYNE y STASIS) es extremadamente recomendable que juguéis a esta entrega, puesto resuelve ciertas dudas de esa gran religión que nos promete Cayne, con sus 9 Numen.
Un juego redondo y que te invita a rejugar para descubrir todos sus entresijos y logros.
En los primeros minutos de BONE TOTEM, ya nos damos cuenta de esto y de que el relato que nos van a contar no va a ser un camino de rosas.
El juego se divide en capítulos que nos irán introduciendo en las entrañas de la corporación CAYNE, sus experimentos, su religión (de la que ya vimos retazos en CAYNE y STASIS) y de lo que descubrieron en el fondo…
El juego nos presenta a tres personajes que controlaremos a la vez por el DeepSea15, el centro marítimo de investigación y desarrollo de Cayne: Charlie, Mac y el osito robótico Moisés.
Estos tres personajes dan por casualidad con esta estructura en mitad del océano, y se precipitan en su interior en busca de supervivientes.
Al contrario de otros juegos de terror, que el miedo viene en formato scarejumps, figuras tenebrosas o situaciones de pánico, en los juegos de The Brotherhood viene en dosis de lectura de PDA y diarios.
La atmosfera claustrofóbica, de agobio y auténtico terror, nos la iremos creando nosotros conforme avancemos en su historia y lectura de interminables textos. Y los creadores nos la adornan con figuras corpóreas desmembradas, generando figuras de verdadero arte tenebroso.
Sin entrar en destripamientos y en profundidad en la historia, os diré que es un juego que no decepciona. Engancha de principio a fin. Te hace conectar con cada uno de sus personajes, sus motivaciones, su porqué de cada uno de sus actos.
Un relato terrorífico del que quieres escapar, pero quieres saber más.
La BSO que te acompaña todo el juego te hace partícipe en las macabras escenas que vemos y que nos cuentan. Cada uno de sus temas está bien encajado en la parte que estemos jugando en ese momento, con la atmosfera de ruidecitos, goteos, llantos… que ya nos tienen acostumbrados The Brotherhood.
El arte es brutal. Detallado, terrífico y extremadamente gore. Inspirado en el arte de H.R. Giger y que hace que te estremezcas en cada uno de sus detalles.
En definitiva, si habéis jugado los dos anteriores (CAYNE y STASIS) es extremadamente recomendable que juguéis a esta entrega, puesto resuelve ciertas dudas de esa gran religión que nos promete Cayne, con sus 9 Numen.
Un juego redondo y que te invita a rejugar para descubrir todos sus entresijos y logros.