Un poco más arcade que su hermano mayor, Hearts of Iron 3, y con mucha menor gestión económica y política que su abuelo el Hearts of Iron 2, sin embargo, Hearts of Iron 4 brilla con luz propia gracias a la inmensa libertad que ofrece a los jugadores (si bien basada en "enfoques nacionales" que son una de las cosas menos orgánicas que he visto en un videojuego).

Se extrañan la minuciosa atención al detalle de Hearts of Iron 3, pero se agradecen nuevas funcionalidades tales como la posibilidad de personalizar a fondo nuestros vehículos y la posibilidad de automatizar nuestras guerras por medio del sistema de "planes de batalla", librándonos así de la carga del micromanejo en un mapa tan grande.

Personalmente me encanta, pienso que es mejorable, pero me encanta.