El debut de Arkane está repleto de sus señas de identidad en un mundo de fantasía heavy metal pero a la vez plagado de problemas de equilibrio y dificultad, trayendo todo lo bueno y lo malo de los RPG de la vieja escuela.

Los controles son bastante extraños y cuesta acostumbrarse a ellos, en particular lo relacionado con el inventario que parece excesivamente inspirado en Ultima Underworld. Fuera de ello, es más similar a lo visto en otro immsims y juegos en primera persona, pero con las particularidades de poder manipular objetos del entorno.

La trama es relativamente sencilla, un clásico “antiguo mal resurge” y algo de trasfondo del curioso mundo del juego, que parecía orientado a una secuela. Si bien tiene algunos momentos narrativos interesantes, con giros de guión, secundarias que alteran la principal y muchas pequeñas tramas que puedes alterar o ignorar por completo, está claro que el foco está mucho más en la exploración e interacción con el entorno que en la historia. La ambientación peca en algunas ocasiones de demasiado típica mientra que en otra da muestra de ideas interesantes, aunque nunca llegan a desarrollarse demasiado.

La subida de nivel es bastante simple, con atributos para fuerza, destreza y magia, y unas cuantas habilidades pasivas para crear pociones, lanzar conjuros de mayor nivel y otros menesteres fantásticos. Aquí, sin embargo, es donde empiezan a notarse las costuras. Algunas de las habilidades son muy poco útiles, otras hacen lo que se les pide y otras son casi necesarias para avanzar en el juego. En particular, la magia es lo que más cariño se llevó durante el desarrollo, mientras que el combate cuerpo a cuerpo recuerda al de Thief: The Dark Project (esto no es un elogio).
La magia es el verdadero protagonista del juego; en lugar de aprender conjuros aprendemos runas, palabras mágicas con las que desbloqueamos conjuros; los conjuros son combinaciones de múltiples runas. Así, curar será la combinación de las runas “mejorar” y “vida”, por ejemplo. Además, para lanzar un conjuro tenemos que pintas las runas en el aire. Para suavizar el previsible marrón que es hacer esto en tiempo real, el juego nos permite guardar tres conjuros en accesos rápidos.
Este sistema, así como su interacción con la exploración, es lo más interesante del juego.

El punto fuerte, a lo que venimos en un immersive sim, es la interacción, libertad de acción y exploración. En esto, Arx Fatalis cumple en muchas ocasiones y donde más énfasis pone. El mundo es un subterráneo dividido en niveles, con distintas razas gobernando algunos de ellos. Esto hace a cada nivel una especie de mazmorra autocontenida, donde algunas áreas serán inaccesibles para un personaje de nivel bajo, haciendo revisitarlas fundamental.
Desde el tutorial, el juego anima al jugador a recoger todo lo que encuentre, encender antorchas o apagarlas, cocinar, mezclar objetos en el inventario y usar otros para resolver puzles, habilidades que serán necesarias hasta el final del juego. Más adelante se abre un mundo de posibilidades; usar levitar para evitar fosos y trampas, usar un filo y un palo para crear una estaca (lo único que puede mantener muertos a los zombis)… Algunos puzles son muy inteligentes, ofrecen solucione creativas y permiten dar rienda suelta a la imaginación del jugador, mientras que otros se negarán a ser resueltos salvo con la forma intencionada, disminuyendo esa sensación de libertad que tan bien construye en ocasiones.
Esto es algo también ocurre durante la principal; en al menos dos ocasiones, el juego decide no dar ninguna clase de indicio de por dónde continuar en momentos en los que no hay forma de saberlo; uno requiere un encuentro aparentemente fortuito con un NPC, y el otro requiere acceder a una zona aparentemente inaccesible mediante un conjuro. Tanto esto como los puzles resultaría menos sorprendente y más un producto de la época si no hubiera una suerte de consejeros con los que consultas la mayoría de las misiones principales y dan desde instrucciones bastante explícitas a indicaciones en la dirección correcta. En cuanto a los puzles, algunos simplemente carecen de feedback alguno y solo se pueden resolver por fuerza bruta.
Por último hay que destacar que Arkane quiso tener en cuenta la mayoría de las interacciones con NPC. Como ya se ha mencionado, hay muchas pequeñas historias, no pocas de las cuales son fáciles de pasar por alto, incluyendo el final “verdadero”. Hay tesoros escondidos que requieren seguir una larga lista de pistas, pequeñas secundarias basadas en realizar acciones de forma orgánica y cierta reactividad a algunas acciones que sorprenden para un juego de este calibre y época.

Resulta imposible pasar por alto todos los defectos del juego cuando algunos son tan fundamentales como un sistema de combate poco equilibrado, habilidades poco útiles, puzles frustrantes o la extrema facilidad para quedarse atrapado en las irregularidades del terreno, pero tras todo esto hay un juego con mucha alma y mimo.

Reviewed on Apr 03, 2024


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