Uno de los juegos más interesantes y curiosos que tuve el placer de jugar, 999 es una curiosa mezcla de Saw con misterio, drama y conceptos de pseudociencia que se atrevió a desafiar lo convencional y, a través de una brillante escritura y una ejecución maestra, aprovecha al máximo el medio al que pertenece y las posibilidades que su consola le permitía.
Los personajes son todos muy buenos, con un propósito claro, diversas facetas a conocer, y que cumplen a la perfección sus distintas funciones a lo largo de la historia del juego. Personalmente mis favoritos son Seven, Clover y Snake.
Las secciones de puzzles no son especialmente desafiantes, aunque tampoco en un punto en que sean tan fáciles que se pueden completar sin esfuerzo. Además que se aprovechan muchos de estos puzzles para reforzar conceptos importantes para el desarrollo de la historia.
Por su parte, las secciones de visual novel no ofrecen mucha participación del jugador más allá de elegir algunos diálogos y seleccionar por qué camino ir, pero nuevamente creo que tiene el punto justo como para sentir que lo que hagas tiene una importancia en el juego, y además que los diálogos y situaciones que se desarrollan en estás secciones son, en su mayoría, muy interesantes.
Otro punto a favor del juego es su atmósfera inquietante que se presenta desde el inicio. En general hay un aire misterioso y tétrico a lo largo de todo el juego, un peligro constante que se aproxima cada vez más a los personajes. Está atmósfera no sería posible de lograr si no fuera por la gran banda sonora compuesta por Shinji Hosoe, que potencia enormemente cada momento, ya sea de misterio, tensión o drama.
No creo que el juego sea perfecto ni mucho menos, tiene algún que otro momento que me sacó un poco de la inmersión, algún puzzle que no termina de funcionar (incluyendo uno que es vital para la historia), y también pequeños cambios para las versiones fuera de la Nintendo DS, los cuales son imposibles de replicar a la perfección tras sacarlo de su consola original. Tras meditarlo, creo que sacarle puntos por detalles que me parecen tan pequeños no sería justo, más en un juego tan rompedor como este.
No quiero entrar muy en detalle, pero 999 toma mecánicas básicas o esperables en un videojuego de este tipo, y las utiliza a su favor de maneras únicas y que demuestran una creatividad enorme por parte Kotaro Uchikoshi y su equipo detrás del juego. Subvierte las expectativas y aprovecha cada uno de los elementos que tiene a su alcance para crear una obra realmente impresionante.
Los personajes son todos muy buenos, con un propósito claro, diversas facetas a conocer, y que cumplen a la perfección sus distintas funciones a lo largo de la historia del juego. Personalmente mis favoritos son Seven, Clover y Snake.
Las secciones de puzzles no son especialmente desafiantes, aunque tampoco en un punto en que sean tan fáciles que se pueden completar sin esfuerzo. Además que se aprovechan muchos de estos puzzles para reforzar conceptos importantes para el desarrollo de la historia.
Por su parte, las secciones de visual novel no ofrecen mucha participación del jugador más allá de elegir algunos diálogos y seleccionar por qué camino ir, pero nuevamente creo que tiene el punto justo como para sentir que lo que hagas tiene una importancia en el juego, y además que los diálogos y situaciones que se desarrollan en estás secciones son, en su mayoría, muy interesantes.
Otro punto a favor del juego es su atmósfera inquietante que se presenta desde el inicio. En general hay un aire misterioso y tétrico a lo largo de todo el juego, un peligro constante que se aproxima cada vez más a los personajes. Está atmósfera no sería posible de lograr si no fuera por la gran banda sonora compuesta por Shinji Hosoe, que potencia enormemente cada momento, ya sea de misterio, tensión o drama.
No creo que el juego sea perfecto ni mucho menos, tiene algún que otro momento que me sacó un poco de la inmersión, algún puzzle que no termina de funcionar (incluyendo uno que es vital para la historia), y también pequeños cambios para las versiones fuera de la Nintendo DS, los cuales son imposibles de replicar a la perfección tras sacarlo de su consola original. Tras meditarlo, creo que sacarle puntos por detalles que me parecen tan pequeños no sería justo, más en un juego tan rompedor como este.
No quiero entrar muy en detalle, pero 999 toma mecánicas básicas o esperables en un videojuego de este tipo, y las utiliza a su favor de maneras únicas y que demuestran una creatividad enorme por parte Kotaro Uchikoshi y su equipo detrás del juego. Subvierte las expectativas y aprovecha cada uno de los elementos que tiene a su alcance para crear una obra realmente impresionante.