La gracia del juego no reside en intentar esquivar los ataques de los boses o ser más rápido sino en averiguar el puzle tras cada uno de ellos para así derrotarlos. Una vez que sabes eso, cada boss es simplemente un paseo.
Tiene uno de los finales secretos más originales que he visto en un juego indie de este estilo. La única pega importante a resaltar es la desconexión que hay entre zona y zona, cada una con temática propia.