Una delicia por la que dejarse llevar.
Sorprende en las mecánicas "pintables" de forma progresiva y conforme avanza la historia, la cual, por cierto, está cargadísima de sentimiento, salud mental, autocrítica e interioridad.
La banda sonora de Lena Raine acompaña de manera espectacular. Los dejes de Wandersong y Celeste permean todo el ambiente adorable y sentimental del juego. Lo mejor es que ese aspecto dulce nunca traspasa la línea de ser demasiado azucarado, pues trata las emociones que discute con toda la seriedad que se merecen. Esto tampoco significa que Chicory gire en torno a ser un discurso de autoayuda. Símplemente, lo hace más cercano y entrañable.

Reviewed on Jun 28, 2021


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