Durante nuestra época de mayor vicio a Lethal Company, uno de mis amigos comenzó a grabar nuestras sesiones de juego. De ahí poco a poco él creó varios recopilaciones de, básicamente, los mejores clips. Admito que aún tengo mis dudas de cómo se verán desde fuera, no obstante, de algo tengo seguridad: esos clips encapsulan perfectamente una de las experiencias más divertidas que he tenido junto a mis amigos.

Esto no es ninguna coincidencia, ni tampoco me parece un golpe de suerte, Lethal Company es un juego diseñado para tener un balance asombroso entre comedia y terror. Un balance que hace sumamente accesible generar momentos memorables junto a tu grupo de amigues. Es más, no sé hasta qué punto se trata de que son accesibles y no de que el propio título te empuja a que los tengas una y otra vez.

En otros juegos como Among Us o, no lo sé, Gartic Phone (ambos party games, cuestión que será importante más adelante), gran parte de la gracia reside en algo performativa (dependerá de con qué tontería o qué tan chistoto quiera ser tu amig@ en esta ocasión). El caso de Lethal Company es radicalmente distinto. Éste se encarga de plantar por todos lados minas que esperan pacientemente a que alguien las pise y, entonces, ocurra la magia.

Claro, se puede dar el caso en que simplemente nadie pise ninguna mina y no pase nada interesante durante una run. Es improbable, pero puede pasar. También se puede dar una situación en la cual nadie conecte con ese balance entre comedia y terror. O está el tercer caso, en el cual, lógicamente, el shock value y la comedia simplemente se agotan después de un tiempo.

Es normal acostumbrarse a los trucos de Lethal Company. Para mí, después de aproximadamente 25 horas, ya he tenido mi buena dosis de este juego. No tengo problema con admitir que a partir de aquí dependeré o bien de los mods o bien de si Zeekerss (el creador del juego) sepa darle nuevos giros a la fórmula. En cualquier caso, me siento muy feliz de todo lo que he vivido dentro de este título.

El peor pecado que pudiera cometer llegada esta altura, es intentar aferrarme al juego y buscar alguna manera de no dejarlo ir. Dicho esto, yo en lo personal no tengo ningún interés en profundizar en las mecánicas más "técnicas" de Lethal Company (véase su estructura como rogue like). Sé que están ahí y sé que muchas personas las disfrutan, pero también sé que entrar en ese mundo significa enterrar esos momentos tan espontáneos como mágicos que tanto aprecio.

Por eso es que, en última instancia, mi experiencia con Lethal Company tiene más en común con un party game que con títulos como Deep Rock Galactic. A Lethal Company no vengo para coordinarme con mis amigos para superar grandes desafíos mientras maximizamos las ganancias. A Lethal Company yo vengo parar reírme de que a mí amigo lo estuvo persiguiendo la Ghost Girl por toda una partida. Yo sabía de la existencia de ese enemigo, sin embargo, decidí no decir nada. ¿Qué pasó? Que pudimos ver en tiempo real cómo mi amigo descendía en la desesperación ya que nadie le entendía cuando dijo que una niña lo estaba persiguiendo.

Reviewed on May 17, 2024


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