Alan Wake tiene una historia qué contar. Si bien en muchos momentos puede parecer autoparodia, más bien, es un juego muy honesto consigo mismo que tiene una preocupación fundamental con aquello que no permitimos salir de nuestra cabeza. ¿Por qué escribimos cosas? O más bien, ¿por qué jugamos otras historias? Aunque Alan Wake no plantea tal cual estas preguntas, se encuentran en el fondo de su narrativa, donde el jugador bien sabe que está llevando al personaje a un hoyo del que no puede escapar, escribiendo, junto a él, una historia donde no sabemos si es verdad o mentira lo que pasa a nuestro alrededor.

Me encantan las referencias a Twin Peaks y The Twilight Zone, y aunque hay veces que ciertos homenajes se sienten algo fuera de lugar, por lo general, se nota a un Sam Lake que lleva tiempo queriendo externar sus preocupaciones a la hora de crear personajes y verlos salirse de control.

Reviewed on Jun 11, 2023


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