Sí, existió una secuela de los 101 Dálmatas. No, esa que usaba nomenclatura de Tetsuya Nomura no. La otra, hecha con actores reales (¡chúpate esa, Netflix!) y Glenn Close brillando como sabe ella con Cruella De Vil, marcando el camino para que Disney explotase al personaje como marca la casa del ratón. Pero el juego que salió como herramienta promocional de la película dista mucho de ser un sucedáneo de la misma, y las manos de Crystal Dynamics lograron convertir en poco tiempo algo, a priori insustancial, en un producto comercial con identidad propia.

'Cachorros al rescate' funciona a modo de collectathon con el objetivo de salvar a los otros 100 dálmatas que fueron encerrados por los pérfidos juguetes de Cruella, repartidos entre los 16 niveles del juego. No propone nada que otros estandartes del género hayan realizado hasta la fecha, sin embargo, lo que sorprende de este juego es su capacidad para mantenerte atrapado frente la pantalla con una sonrisa, y su obsesión por evitar la monotonía y la repetición. Cada nivel está plagado de actividades que complementan la recogida de huesos y animales, sin desviarse de su esencia principal como plataformas 3D, sin pecar de dimensiones desproporcionadas o backtracking, y pudiendo completarlos al 100% en una única visita al estilo 'Banjo-Kazooie'. Pero más importante aún, juegan muy bien con la idea de ser un perro y emplear tus habilidades caninas de maneras creativas, por ejemplo tendiendo trampas a los subordinados de Cruella o utilizando el olfato para desenterrar huesos por el mapa. Con ese toque bizarro de manejar una grúa mecánica o las pistolas de agua de una feria, habitual de las grandes producciones de Disney que no se toman muy en serio su premisa inicial.

El manejo de Domino y Oddball tiene bastantes similitudes con el de Spyro, con habilidades similares para atacar a los enemigos y un rastreator para orientarse por los niveles y encontrar todo lo que falte para obtener el 100%. Las físicas que poseen son un tanto raras y requieren práctica, principalmente porque en caída se desplazan muy rápido y es bastante fácil errar los cálculos para alcanzar una plataforma. Aunado esto con una cámara no demasiado accesible y lenta de maniobrar (tarda siglos en enfocar hacia el lado que quieres), lo más probable es que las primeras impresiones del juego sean más bastas y confusas de lo esperado. Pero a base de insistir y hacerte a los controles te encontrarás con un juego muy agradable de jugar, con una sorprendente cantidad de contenido extra y minijuegos muy bien trabajados (el minigolf hubiera merecido un juego entero de lo divertido que es, también en multijugador).

'Cachorros al rescate' es el ejemplo perfecto de que los juegos de patrocinio no tendrían por que ceñirse únicamente al producto que quieren vender y ser un calco de los mismos, sino aprovechar el material base del que proceden para proporcionar una experiencia propia y más ajustada al mundo del videojuego. En cambio, la eternización de los desarrollos y la naturaleza barata de este tipo de proyectos ha hecho que estas propuestas, paralelas a una película/serie de TV, sean procuradas como merchandising rápido y cutre para aprovechar el tirón de la IP (¡hola Microids!). Por eso viene bien recordar títulos como este, que ejemplifican la capacidad explosiva que tiene este medio cuando es capaz de aunar distintas artes escénicas con todo el cariño que merecen. Aunque vengan a colación de un truñaco de película.

Reviewed on Nov 22, 2023


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