A pesar de la enorme influencia que atesoraban en sus inicios, el mundo parece haber dejado atrás a los shooters 2D tradicionales (shmup, o como quieran llamarse), ignorados abiertamente tanto por devs como por el gran público. Las razones pueden ir desde la "estanqueza del género", la percepción que se tiene del matamarcianos como si todos fuesen bullet hell (equivalentes al Kaizo de un Mario plataformas), la baja cantidad de propuestas con gran presupuesto a sus espaldas (¿acaso hay alguno que sea triple A?) y las nulas ventas de lo mismos. Pero precisamente este contexto, alejado de los focos y recluido en un espacio tan nicho y acotado, es el que ha llevado a sus fans a analizar escrupulosamente todo lo que hizo grande aquellos clásicos que recuerdan y preservar su legado. Hacerlo mejor, y reivindicar un estilo de juego que, no por pasado de moda, deja de ofrecer diversión a raudales. Este es el punto de origen de 'ZeroRanger', que durante 10 largos años provocó arduos dolores de cabeza a los finlandeses eebrozgi y ekko para manifestar su propia oda de amor al shmup tradicional. Huelga decir que es difícil de narices y casi impenetrable para el jugador más casual, pero destila una esencia jugable pura y concentrada tan genuina que difícilmente podría recrearse de otra manera.

Como contexto personal, admito que nunca se me han dado bien este tipo de juegos y mi expertise en la materia no es demasiado rico, de modo que no he llegado a completarlo para la redacción de esta reseña. Llegué a un punto que supuso mi extenuación a las infinitas barreras de nivel que compone el juego, pero no por ello es óbice para ignorar la ingente cantidad de maravillas y pequeños detalles que lo convierten en algo especial. 'ZeroRanger' es una obra fastuosa, de ritmo muy alto, difícil de procesar por toda la información que te lanza en un pequeño intervalo de segundos, pero con tanta personalidad en sus adentros que dejarse llevar por ella te deja en frenesí. El precioso estilo cromático que usa entre verdes y naranjas, blancos y negros, ayuda a distinguir claramente el furibundo mar de proyectiles de sus actores principales, pero aún requiere de grandes dosis de concentración para esquivar obstáculos y abrirte paso entre los enemigos. Es intenso hasta la médula, un non-stop de creatividad inconformista, que no da nada por hecho y necesita imperiosamente jugar con la perspectiva para que ninguna de sus escenas se sienta segura. No deja de proponer nuevos patrones de comportamiento, nuevas trayectorias imposibles a sus balas, secretos escondidos en cada rincón de su código interno, animaciones y efectos 2D sencillamente impresionantes.

Es la culminación wagneriana del sueño que System Erasure ambicionó de inicio, con sus ups & downs, sus excesos, bajones sentimentales, y todo lo que puede pedirse a un videojuego como medio de expresión. Es difícil ponerle más parabienes a 'ZeroRanger', pero desgraciadamente no es una obra de gran accesibilidad y para todos los públicos. Y es probable que la mayoría termine buscando un playthrough en YouTube para ver qué hay más allá del punto en el que se atascaron, porque sería imposible apartarse del juego sin dislumbrarlo en su dimensión real y completa. Será decisión tuya adentrarte en el interior de 'ZeroRanger' y exprimirlo en la medida que sea posible. Be warned, though: it's very difficult todo esto…

Reviewed on Dec 29, 2023


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