Después de unos cuantos Dragon Quest a la espalda y cierta reticencia a JRPGs tradicionales (cuando no arcaicos) y a historias sencillas de viaje del héroe, no me esperaba encontrar en Dragon Quest VIII una aventura tan épica que a ratos parece que se sale de la consola.

La banda sonora es una maravilla, el gameplay está tan refinado que da gloria jugarlo, la historia seguramente no inventaba la rueda ni en 2004 pero a mí me ha parecido apasionante porque es lo que necesitaba vivir: una gran aventura en la que empiezas a nivel 1 y acabas salvando el mundo.

Es verdad que los gráficos seguramente sufren respecto a PS2 y entiendo que es un juego para vivirlo en la pantalla más grande posible, pero he podido llevarlo conmigo a muchas partes y los avances en QoL (las batallas aceleradas principalmente) creo que compensan de sobra.

Me ha dado una pena infinita terminarlo, pero ahora puedo acordarme con mucho cariño de Yangus diciendo "¡Ay, madre!" cada vez que el rey Trode se cuela en alguna escena <3

Reviewed on Apr 05, 2024


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