Primer juego que me hago de Yasumi Matsuno (lo más cerca que estuve fue el Final Fantasy: Tactics Advance donde era productor), y sensaciones muy muy buenas, aún siendo un remaster con retoques jugables y gráficos, se nota mucha de la influencia que tuvo en el srpg. Ni siquiera para mí, que no soy demasiado experimentado en el srpg y los juegos de este subgénero que he podido completar los puedo contar con los dedos de las manos, me es ajena la tremenda influencia de Tactics Ogre, como uno de los pilares más grandes del rpg táctico. Es algo que se nota muchísimo sobre todo en lo poco que ha envejecido el juego, está claro que un poco ayuda las mejoras de calidad de vida y ciertas casualizaciones para hacerlo más accesible, pero es que su narrativa, su base jugable y de progresión, etc, todo se mantiene fresco. Aún así, algún pero tengo hacia el juego, pero es sobre todo apreciación personal, no es algo que Tactics Ogre haga realmente mal, y de hecho a este pero le daré una vueltecita porque me deja una sensación que creo que encaja a la perfección con la propuesta, y eso me mola.

La historia de Tactics Ogre está principalmente influenciado por los conflictos que se produjeron en las Guerras Yugoslavas, sobre todo con los episodios que ocurrieron en Bosnia. Con un tema tan serio como este el juego decide crear una historia para nada naif. Ni siquiera nosotros como protagonistas, decidiendo qué caminos podemos tomar y quizá empatizar algo más con ellos, tendremos las manos limpias, cualquier decisión que tomemos, por muy justa que nos pueda parecer, dejará un reguero de sangre y conflictos éticos a nuestro paso.

En el sentido de la crudeza lo lleva bastante más lejos que uno de los hijos más jóvenes de Tactics Ogre: el bueno de Triangle Strategy. Su estructura da mucho más protagonismo al combate, a la guerra en sí, y esto se ve reflejado en el tono de su historia y en su narrativa.

Me ha molado mucho al comparar con otras personas, que aunque el final sea bastante parecido, lo diferente que son los caminos según las decisiones que vayamos tomando o ciertas acciones que realicemos en los propios combates, se nota un impacto muy fuerte en estos temas. Esto refuerza el peso de los actos que debemos afrontar durante todo el juego, ya que las consecuencias no solo vendrán de la propia historia, o de nuestra toma de decisiones, también de cómo afrontemos los combates, nuestra jugabilidad tiene un impacto, dejando un calado mayor.

A nivel narrativo el juego la verdad que es una maravilla, sobre todo teniendo en cuenta que salió por primera vez en 1995 y tiene cosas muy adelantadas a su época. Me quedaría con la narrativa de Triangle, pero no por ser mejor, si no porque es más mi rollo, las dos están muy bien. Una cosa que por lo que tengo entendido sí que suele ser siempre muy tocha en los juegos de Matsuno es la cantidad de lore e importancia que le da a worldbuilding, teniendo la geografía dominadísima y con relatos para cada una de las zonas que visitaremos (o no). También se para a dar background a cada uno de los rivales que derrotemos durante nuestras batallas, sean más o menos importantes. Es cierto que por limitaciones de la época, mucho de estos enemigos compartirán retrato (que no historia) y le quita un poco de personalidad, pero joder, 1995. Son cosas que en mi caso aportan bastante y siempre me gusta profundizar más en los mundos que juego y sus gentes, sobre todo si es tan atrayente como los de Tactics Ogre o Trails. Leer un poco del enemigo que acabo de derrotar y ver que tiene una familia, sueños y conflictos y no es un npc más.

Entro ya en lo que para mí fue un pequeño pero de la propuesta y que me llegó a saturar un poco. El juego me ha gustado mucho vamos, pero no lo terminé con esa sensación como Triangle de querer hacer todas las rutas y mucho más contenido secundario. Al contrario que Triangle, donde la balanza entre historia - combate se decantaba mucho más en el lado de la historia, con largas escenas de diálogos, bastante densos en muchos casos, dejando apartado el combate a un segundo plano, con su importancia, pero claramente menor. Tactics Ogre será combate, tras combate, tras combate, intercalado con breves escenas donde la historia avanzará o nos tocará tomar alguna decisión. Esto como ya digo no es ni mejor ni peor, son mis preferencias personales. Y está claro que el formato de Tactics Ogre es más como un srpg puro. Pero llegué a un punto que me vi un poco saturado por tantas batallas, muchas de ellas bastante exigentes donde pasaba bastante tiempo o incluso me tocaba repetirlas varias veces, aunque estoy bastante contento con su dificultad, pero no quita que llegué a un punto de saturación.

Un breve desvío para comentar un poco lo jugable. Sé que tiene muchos cambios de calidad de vida que igual facilitan algunas cosas de más y pierde un poco de la esencia del juego original, pero el combate y personalización en general me ha parecido bastante buenos. Se nota que sigue siendo un juego donde perder mucho tiempo en los menús (aunque menos que el original) configurando nuestro equipo ideal, con las clases y equipamientos más óptimos, para verlo luego reflejado en el combate. También es cierto, que al ser combates tan largos, y como me pasó un poco con Triangle (aunque este sí hacía algún intento más, normal más de 25 años de diferencia), echo un poco en falta una mayor variedad de situaciones a las que enfrentar. os combates se reducen básicamente a dos tipos: derrotar al líder (o líderes) enemigo o derrotar a todos los enemigos. El segundo es verdad que da más juego de estrategias, pero el primero, que es la mayoría, se reduce muchas veces a ir como un puto desquiciado a por el líder. Que ya digo, es un puto juego de 1995, no le voy a pedir que me mejore en esto cuando básicamente estaba creando muchos de los pilares del srpg junto a otros grandes exponentes, pero al menos una breve mención en relación al tema de las continuas batallas que tiene.

Retomando el tema de mi saturación, aquí le quiero dar la vuelta un poco, y es que el juego va mucho con el discurso antibelicista de las consecuencias que siempre genera la guerra, incluso desde el bando de la "justicia", de los actos que igualmente cometerán todos y el ciclo que conlleva. Cómo el mayor afectado siempre será el pueblo, llegando a una saturación que se ve reflejada también en nuestro protagonista, un hartazgo de ver que por mucho que combata el objetivo nunca llega, siempre salen más enemigos, siempre hay traiciones y crímenes que tendrá que cometer. Pese a que finalmente sí que terminaremos con el conflicto y llegaremos a una conclusión más o menos optimista (al menos en mi ruta), todo este camino recorrido sigue pesando a nuestras espaldas, y el mismo subtexto que nos trae su narrativa cuadra mucho con la sensación que me dejó. Seguramente sea una puta flipada mía y la saturación que me produjeron las incontables batallas no sea un mecanismo narrativo de Matsuno, pero me la trae floja y me quedo con eso, que es algo que me eleva aún más lo que sigue siendo una obra maestra y un pilar en su género.

Sin duda volveré a Tactics Ogre y exploraré otras rutas, me perderé más en sus secundarias y lo mismo me deja un sabor de boca más dulce y me parece incluso mejor juego, pero bueno, igual que sus protagonistas, yo también me merezco un reposo antes de retomarlo...

Reviewed on Feb 03, 2023


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