Sienta muy bien cuando un juego cumple expectativas (aunque sean altas). TLOU no inventa nada, y no lo necesita, no importa el qué, lo vital es el cómo, y sabe cómo construir un auténtico juegazo. Una master class de cómo se hace un increíble Triple A.

Como cualquier juego de Naughty Dog están muy claras su referencias, tanto en lo jugable como en lo narrativo. Pero como no he visto en sus otros juegos, aquí cada uno de los ámbitos trabaja en pos de la narrativa: jugabilidad, diseño de niveles, arte, diseño sonoro... TODO.

Nada es el azar o se siente artificial, desde la propia estructura del juego divido por estaciones, donde el diseño artístico refuerza la historia y entra en consonancia con la propia jugabilidad, hasta los coleccionables que aportan lore a su universo (ejem cuervos del GOW).

Su jugabilidad como he dicho no inventa nada, pero pocas veces he notado que cada recurso cuente tanto, que cada bala que disparo me salve y a la vez me acerque aun más a la muerte, que la violencia se muestre de manera tan cruda en cada golpe. Aun teniendo muchas mecánicas parecidas, alejándose diametralmente de la sensación de un Uncharted. No solo en esto, también en su ritmo. La exploración, a pesar de su linealidad, es un componente muy importante de la propuesta, y aquí brilla su espectacular dirección de arte. Los propios escenarios no están solo para ir del punto A al B, se sienten reales, te cuentan una historia, cuál es el contexto en el que te encuentras, y sobre todo, son bonitos de cojones, capaces de aportar mucha variedad a un mundo devastado.

Apoyando todo esto, no podía faltar el sonido. Capaz de maxificar cada sensación... Tensión cuando no queremos ser descubiertos por los infectados, jodidos cuando el juego quiere a través de sus acordes, con una bso escasa pero brillante, y un largo etc.

La historia en sí es simple, apostándolo todo a sus personajes, la relación entre sus protagonistas, y el desarrollo que estos tendrán. Obviamente, cumplen su objetivo. Cada personaje del juego se siente creíble, y aun los secundarios (alguno que otro cliché), despierta interés. Pero está claro, la joya de la corano son Joel y, sobre todo, Ellie. Joel se aleja del protagonista típico a la perfección, cada una de sus acciones se justifican, y consigue dejar uno de los finales más impactantes de la historia, puedes amarlo u odiarlo, y será justificado. Ellie es un puto amor, vemos cómo debe abandonar su adolescencia forzada a crecer por un mundo sin piedad, cómo descubre un mundo nuevo, cómo progresa la relación paternofilial con Joel, y todo con una naturalidad y credibilidad brutal. Cada interacción con ella es un regalo.

También es la hostia la cantidad de temas sobre los que se podría ensayar partiendo de TLOU, desde los más obvios hasta algunas capas más escondidas: la partenidad, el egoísmo humano, la violencia, la culpabilidad del superviviente, la inexistencia de la infancia...

Pocas pegas que sacar, quizá un exceso repetitivo de ciertas fases jugables, o algunas mecánicas que también reiteran demasiado (esos misteriosos pales que siempre aparecen para que Ellie cruce el agua). Detalles, que no desmecerecen el total.

Reviewed on Feb 20, 2021


Comments