Immortality es una experiencia única que me ha cautivado como pocos juegos.

Para lo defensor que soy de los aproximamientos más puramente narrativos a los videojuegos, nunca me había acercado a los juegos FMV. Y vaya primer ejemplo más memorable. La manera en la que la jugabilidad de Immortality permite a Barlow y a su equipo construir un relato no lineal sobre la carrera y el destino de Marissa Marcel a través clips sueltos me ha dejado realmente impresionado.

Es un juego que saca oro de unos recursos aparentemente limitados. No solo por los marcos que rigen su aspecto interactivo, si no también por la premisa que respetan todos los clips que componen el juego: ser material de archivo procedente de los rodajes de tres películas ficticias que nunca llegaron a estrenarse. Lo cual significa que todo lo que vemos (con un par de excepciones) son tomas de las películas en sí, grabaciones de las repeticiones o material grabado para posibles documentales de producción. No puedo alabar lo suficiente el trabajo tan cuidado que hay detrás de cada clip para conseguir transmitirle toda la información deseada al jugador respetando este marco, así como para construir una estética creíble y diferenciada entre cada una de las tres películas.

Todo esto ya daría para un buen juego de por sí, pero es que además Immortality esconde otra capa que acaba de coronarlo como uno de mis juegos favoritos de 2022. Una capa de la que es mejor saber lo menos posible. Que lo transforma en un excelente juego de terror, el único que ha conseguido dejarme con malestar real cuando no estaba jugando desde que recuerdo. Que aprovecha de maneras inesperadas la manera en la que el jugador interactúa y examina los clips. Que coge un misterio que ya me tenía intrigado y lo acaba de transformar (una vez superado el yúyú inicial) en una auténtica obsesión por obtener más clips, más detalles, más piezas del puzzle.

Siento que me ha dejado una huella muy honda y que le seguiré dando vueltas a lo que cuenta y sobre todo a cómo lo hace durante mucho tiempo. No creo ni que esté listo para decirle adiós del todo. Por mucho que ya me hayan saltado los créditos y haya entendido la mayoría de lo que oculta, me apetece seguir encontrando los clips que me faltan, descubrir nuevos detalles que se me podrían haber escapado, y sobre todo pasar más tiempo viviendo junto a Marissa las grabaciones de Ambrosio, Minsky y Two of Everything.

Reviewed on Jan 15, 2023


Comments