No hay duda de que Rare tenía buenas ideas. Trabaja con un mando imposible para un shooter de tercera persona 3D y, de algún modo, lo logra. Y no se queda ahí: añade plataformeo a la mezcla.
Lo malo es que no estaban preparados para un juego así. La primera parte es más jugosa, pero la segunda se hace tediosa. Los malísimos controles dificultan la jugabilidad. Y faltan muchísimas cosas que, a día de hoy, sería impensable que no estuviesen: mapas, pistas para encontrar los objetos, etc.
Sin embargo, es un juego que jugado en otras plataformas (en xbox con doble stick por ejemplo) gana mucho. Y tiene suficientes buenas ideas y potencial para merecer una secuela o remake.

Reviewed on Feb 24, 2024


Comments