Si bien muchas de las pantallas del juego son más divertidas que las de la anterior entrega, resultan menos memorables por culpa del hub principal. El sistema de ascensor tiene una ventaja interesante: te permite avanzar eligiendo pantalla por grupos, de forma que si te quedas atascado en una… puedes probar otra mientras. Pero las pantallas no tienen relación entre sí, tampoco los pisos tienen una puesta en escena que encaje con las pantallas del mismo… parecen pantallas sueltas, sin más, en vez de una campaña.

Los gráficos en switch son borrosillos pero van bien, el juego funciona bien y se disfruta mucho en portátil. En televisión en cambio es injugable, tiene un input lag insoportable.

Buen juego, lo mejor que se puede hacer como remake.

No hay duda de que Rare tenía buenas ideas. Trabaja con un mando imposible para un shooter de tercera persona 3D y, de algún modo, lo logra. Y no se queda ahí: añade plataformeo a la mezcla.
Lo malo es que no estaban preparados para un juego así. La primera parte es más jugosa, pero la segunda se hace tediosa. Los malísimos controles dificultan la jugabilidad. Y faltan muchísimas cosas que, a día de hoy, sería impensable que no estuviesen: mapas, pistas para encontrar los objetos, etc.
Sin embargo, es un juego que jugado en otras plataformas (en xbox con doble stick por ejemplo) gana mucho. Y tiene suficientes buenas ideas y potencial para merecer una secuela o remake.