Rare exprimió al máximo los circuitos de la NES con Battletoads, en una época en la que empezaban a asomar los 16 bits. El juego tiene una dificultad programada por un auténtico psicópata. No te da tregua y te exige la "run perfecta" sin darte ningún margen al más mínimo error, teniendo que tener una precisión milimétrica. Un autentico dolor de huevos, pues te tocará memorizarte cada nivel, cada trampa, cada enemigo, y cada boss a la perfección. Puro ejercicio de ensayo y error hasta la extenuación. Por suerte, a día de hoy existen los "guardados rápidos", y se hace hasta jugable.

Con solo 29 empleados, la ultima gran obra de la extinta Cing. Esta historia, con personajes cotidianos, y con diálogos verosímiles y naturales, sin hacer apología a ningún tipo de fantasías de poder genéricas propias de una obra de 007, ha conseguido tocarme la fibra y debo admitir, que me apena que cerrarán sus puertas en 2010.