Hay quienes dicen que no se puede hablar de lo que hace especial a este juego sin destripar su intríngulis, pero la realidad es mucho más simple de lo que parece. 'Doki Doki Literature Club' va de hacer miserable la experiencia de juego tanto tiempo como sea posible. Primero con su tópica apariencia de novela visual, en la que un protagonista inocentón está rodeado de mujeres cuquis que se devanan los sesos por enamorarse de él y se intercambian emoticonos a la vieja usanza. Con las tópicas descripciones e imágenes provocadoras sin venir a cuento, ideadas para empalmar al jugador impúdico y provocar arqueos de ceja entre aquellos que se acercaron por algo de teoría poética (igualmente impúdicos). Luego, por supuesto, viene la parte metafísica que envuelve toda la obra y que también abraza la cuarta pared, que sería más agradecida si el juego no abrazase el creepypasta de las maneras más desagradables posibles. Buscando el jumpscare gratuito o la imagen perturbadora que te persiga en tus sueños profundos. Ni siquiera las distintas conclusiones que ofrece el juego (bastante cortito) resultan satisfactorias, porque todo lo que intenta construir vuela por los aires con la estratagema comodín de "nada es real" (aka "no tengo ni pajolera idea de cómo deshacerme de los agujeros de la trama", also conocida como la técnica Danganronpa). Y analizado desde la perspectiva que nos ofrece el conjunto de la obra, es complicado conectar con personajes a los que (creemos) conocer sólo unos pocos fragmentos de la partida, sin que haya pasado gran cosa por el camino.

Con todo, esta era la intención de Dan Salvato cuando se dispuso a crear su propio juego, inspirado en las visual novels japonesas a las que se había aficionado. 'Doki Doki Literature Club' se hizo viral en 2017 tras ser publicado en Steam gratis, y desde entonces ha dado que hablar por su siniestra intencionalidad detrás de la fachada de un club de literatura juvenil. Temas como la depresión, la soledad, la locura o la obsesión enfermiza por una persona, son tratados con una mesura y honestidad inesperada para el formato del medio. Todos ellos están ligados a las formas que tenemos los seres humanos de amar al prójimo y percibir reciprocidad en el acto, jugando con las expectativas del jugador y los prejuicios que imponemos a sus personajes. A pesar de lo perturbador de su obra, Salvato tiene clara la reacción que quiere imprimir en cada momento de la partida, e intenta golpear lo más duro posible para que el impacto sea terrorífico. De ahí que sus jugarretas para atentar la privacidad del usuario y sus carpetas de Windows se perciban más fascinantes que sucias. De ahí que la legión de fans que ha atraído este juego no pueda callarse ni bajo el agua.

DDLC funciona. Consigue lo que pretende. Rompe el tópico para presentar una obra atípica y poco convencional, que eso sí, quizá carezca del mismo impacto jugándolo en su versión 'Plus' para consolas, lanzada en 2021 y envuelta en el interior de una máquina virtual de PC, necesaria para explorar las posibilidades de la trama. Aun así, echando la vista atrás, no dejo de pensar en el mal rato que he pasado jugándolo, y el poso que deja por rebañar en un plato hueco. No hay un momento que quiera guardar en la memoria, no hay curiosidad por explorar otros resultados, o siquiera las historietas adicionales incorporadas a su expansión. 'Doki Doki Literature Club' no tiene nada de especial, pero intuyo que me perseguirá sigilosamente, esperando el momento menos oportuno para reaparecer… espero que sin ojos sangrando por la pupila.

Reviewed on Dec 25, 2023


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