Es una obra maestra más de Amanita Design. A pesar de resultar una experiencia corta, su estilo visual, su banda sonora y su interesante jugabilidad compensan por completo la duración del juego. Tiene personajes entrañables y su ‘gameplay’ es bastante disfrutable.

Raya la perfección de los ‘point and click’. Podría entrar fácilmente entre los mejores juegos que he jugado en mi vida. Logra todo esto gracias a su estilo visual ‘steampunk’ es fenomenal y memorable. La historia, por más pequeña que sea, es interesante y sus puzles se muestran en cierta medida desafiantes y entretenidos.

Es sencillo, fácil de entender y experimental. Consiste en un experimento en forma de ‘test’ donde se reflexiona con preguntas filosóficas y sentimentales que te pondrán a pensar sobre la vida y posiblemente te hagas cuestiones que jamás te has hecho.

Es un juego realmente corto, se podría decir que es más como una experiencia, que en pocas palabras es bonita e interesante de jugar. Su sonido ambiental logra el cometido de relajar, sobre todo porque las mecánicas tampoco son muy desafiantes que digamos. Concluye de forma graciosa y algo inesperado.

Es la introducción perfecta donde la narrativa cumple el papel más importante de la experiencia. El desarrollo de personajes está bien estructurado tanto en personajes primarios como secundarios. Desde aquí hay múltiples decisiones que se promete cambiarán el desarrollo de la historia, siendo estas decisiones difíciles de tomar, sobre todo por el límite de tiempo al elegir.

Es una propuesta desafiante y entretenida, al puro estilo de juegos como Portal o Q.U.B.E.. El juego se convierte en un verdadero reto en más de una ocasión. Aunque sus gráficos y sus animaciones se sienten muy añejos y poco trabajados, afectando directamente en la experiencia.

Es extremadamente incómodo de jugar aunque lo pruebes estando solo. Cuenta con mecánicas de juego y jugabilidad creativa y muy graciosa. Tal vez eso lo hace un juego diferente, y si tienes buen sentido del humor te agradará ver los tres minijuegos con los que cuenta.

Se siente como un ‘tower defense’ de los de antaño y sinceramente resulta bastante entretenido ya que se muestra bastante balanceado refiriéndome a sus facciones. Debido a esto cuenta con una gran profundidad de mecánicas, por lo que la experiencia es enriquecedora. A simple vista puede parecer obsoleto y antiguo, pero no es el caso.

Expone una jugabilidad sencilla pero fenomenal, ya que con casi nada llega a ser escalofriante, desafiante y bastante entretenido. A lo mejor puede llegar a ser confuso y frustrante de jugar, pero el ambiente y la historia, que va de menos a más, hacen que la balanza se favorezca del lado bueno.

Tiene rompecabezas desafiantes y unas escenas que son tan entretenidas que resultan memorables. Aunque a decir verdad tiene fallos inaceptables como exceso de ‘bugs’, menú poco intuitivo y errores de cámara que no deberían existir en un ‘remaster’. Pero eso sí, la historia, que es enganchadora, y la banda sonora hacen que se sienta único.

En pocas palabras se trata de un juego sencillo y bonito. Logra el cometido de ser entretenido y relajar con su música y bellos escenarios. Pero no es la gran cosa, ya que se presentan problemas de movilidad y la jugabilidad en general es torpe y se llegan a altos grados de repetitividad en sus mecánicas de juego.

Tiene mecánicas de juego que, pese a no estar del todo pulidas, hacen que la experiencia se sienta especial. La ambientación no tiene comparación. Su historia no es la mejor, llegando a ser bizarra en ciertos momentos. Tiene puzles muy bien pensados y para nada imposibles, donde sus mecánicas juegan un papel importante para su desarrollo.

Es muy malo en todos los sentidos. Es lineal y las decisiones que se toman no cambian en absoluto la historia del juego, siendo todo lo contrario a lo que se promete. Su narrativa está mal estructurada y es realmente corta. Puedes morir en este ‘walking simulator’ pero se comienza desde el principio si eso sucede.

No me gustó mucho los colores que se utilizaron, ya que pueden ser molestos y dañinos para la vista. Pero, por otra parte, la experiencia que se vive es encantadora e incluso te puede hacer llorar. La banda sonora y el diseño de escenarios lo hacen ameno a pesar de sus carencias técnicas.

Es un juego cortito pero no por eso es malo. Tiene, de hecho, un altísimo grado de rejugabilidad, ya que tiene muchas combinaciones en su mecánica de juego. Las acciones que se toman cambian el rumbo de la narrativa en su totalidad.