Reviews from

in the past


No es tan malo como parece, y tampoco es que el juego pudiese aspirar a más, digo, esto no deja un juego hecho en unos pocos días para una game jam, no se le puede pedir que ser algo que no es, además el punto de una game jam es la crear una lluvia de ideas en torno a un tema y ver que sale de ahí, no la de hacer juegos perfectos. Aunque tampoco me quiero meter con los gustos de nadie

Planet Laika literal toca varios temas de esto y sin recurrir a forzar un bando, mostrando las consecuencias de ambos lados.

no sé por qué hay tanta gente dando críticas negativas sobre este juego en este momento... supongo que tiene algo que ver con lo que está pasando ahora en los eeuu. creo que es bastante poderoso lo que dice este juego. quizá no es un ejemplo perfecto de un videojuego activista, pero reírse de estas historias no ayuda a nadie.

Una reivindicación bonita lastrada por las formas.

Una sucesión de historias duras e injustas donde te hacen preguntas innecesarias para decirte que no adivinaste o ponerte un ":(" porque la respuesta es triste. Llegué a pensar que habría un uwu en algún punto.

La parte de adivinar el año de cada suceso tenía suficiente sentido y, sobretodo, suficiente fuerza como para no necesitar nada más.

Una pena, pero sigue siendo un ejercicio especialmente interesante teniendo en cuenta que el aborto se acabó legalizando en Argentina 3 años después de la salida del juego. Quizá puede servir a la juventud argentina para echar la vista atrás y valorar el hecho de que ahora por suerte pueden decidir.


Ellas pierden mas.

Ficcion interactiva imperativa para todo el mundo, en conversacion y reivindicacion.

The sounds of Flores con Historias end up feeling like an eerie procession, a calm cacophony to horror. The horror of stories left untold and repressed, pierced down and pinned under buckets of pain and intentional misery. And yet despite the timeline in front of me, nothing has changed. In my own country a 50 year tide is threatened to be overturned by a decision that feels progressively powerless to counteract in time. Stories like this are a reminder to fight, for the garden of lively flowers we help live on, hopefully to never see reaped.

Yet still continuously discomforting how the voices of men compound, breaking down so clearly visceral lived experiences like this. "Not nuanced." "Not of sufficient interest". "So clearly explicit and lacking in subtlety." There is not a shred of empathy in those words, there is no understanding of rights and life there is only an impulse to eye roll at stories that do not affect them. Much better to live in detached houses away from the world, letting the violation continue, refuse the memoir for the easier to consume, to play with the world in centrist "high art" but seek nothing of what's real. I am not surprised, but it will forever be continuously torturous. Eventually they will become discarded wastelands, but as of now they make the gripping darkness of these stories more apparent. We have to keep striving to give these flowers light. For a brighter future. Salud.

me revolvio un toque el estómago, me pareceria bien que le den esto a chicos en la escuela como complemento de las clases de educación sexual porque muestra historias reales que si bien son bastante duras muestran la importancia de defender los derechos que tenemos

Independientemente de cual sea tu postura sobre el aborto este juego aborda el tema de la manera más proselitista posible sin nada de sutileza ni de una manera minimamente interesante.

Es difícil subestimar los nervios que me atrapaban mientras leía las experiencias en Flores con Historias. Mi experiencia con el proceso que culminó con la legalización del aborto no es tan directa como la de aquellas que se presentaban a las marchas a pelear por este derecho, pero aún así me dan escalofríos.
Habiendo terminado mis estudios secundarios en el año 2020, mismo año en el que finalmente se legalizó el aborto en Argentina, y habiendo desarrollando esta educación a unas cuadras del Congreso donde se hacían las marchas tanto de pañuelos verdes como de pañuelos celestes, pude vivir el impacto social causado por este proceso de legalización de forma muy cercana.
Yo estudié en una escuela técnica, curso completamente populado por hombres. Toda mención del aborto y su legalización era acompañado de chistes misóginos y a su lado, obviamente, las risas y la antipatía. Era la nueva cosa copada de la cual reírse. Era tópico. El odio al feminismo ("feminazismo", como le solían y suelen llamar) en estos espacios es moneda común, así que por supuesto el aborto era un blanco fácil para las burlas. La ESI (Educación Sexual Integral) que el gobierno buscaba instalar en las escuelas era recibida con una falta de seriedad que ya era común para mi.
Puede parecer mucho esperar madurez de pibes de secundaria (aunque cuando las marcha má comunes se volvía, ya estábamos llegando a los 18 años... estábamos grandes), pero me parece importante recalcar como la desinformación y el odio tenía un agarre tan fuerte sobre la población. Esta era la mayor fuente de mi personal impotencia. Era debilitante ver la recepción que tenía, porque sabía que estas ideas idiotas tenían sus raíces en páginas de Facebook cuyo única forma de entretenimiento es alguna variación de "jaja progres/mujeres", que ya se estaban volviendo parte integral de la personalidad de muchos de los pibes con los cuales compartía salón.
Y puede parecer egocentrista tal fijación por mi propia experiencia, pero lo llamo a atención porque me duele pensar en todas las pibas, que habrán pasado por ambientes similares. La impotencia de ver cómo un proceso tan importante para la autonomía de tu cuerpo se reduce a chiste para generar unas risas en el aula, la debilidad causada por los abusos verbales que podía una recibir en la calle solo por portar el pañuelo verde (que a mi hermana le ha pasado varias veces), y el peso de saber que aún si no se legalizaba el aborto, que iba a seguir sucediendo en condiciones miserables.

Quisiera recalcar la elección del autor a poder asignarle años a cada historia. No sé si será producto de mi propia ignorancia (esperemos que no porque si no quedé como un pelotudo), pero le pifié a todas las fechas menos una. Esto me dejó muy, muy claro que a pesar de tener 50 años de distancia entre la primera fecha y la última, las cosas han cambiado poco y nada. Y por eso se debe seguir luchando.

Flores con Historias es una colección de anécdotas. Creo que cada uno de nosotros (aunque me refiero específicamente a los argentinos, reconozco que la lucha por el aborto es también una realidad que muchas más naciones viven), también tenemos una colección así. Ya sean testimonios propios, ajenos, cercanos o lejanos. Duele pensar en todas las personas que no pudieron contar sus historias. La misma descripción del juego te dice que no se puede cambiar el pasado. Pero creo que puede encontrarse refugio en que sí se hizo algo de progreso, y que ahora muchas pibas sí van a poder contarla.

Es ley.