Hiposki
Obra maestra ludonarrativa y audiovisual. Estoy planeando hacer un récord mundial de este juego. Tengo recuerdos vagos de este juego cuando era peque, y me alegra por fin haberlo terminado. Los escenarios son tan bonitos que no me importa tener que rejugarme algunos. Podrían haberles puesto caras distintas a algunas hermanas, para variar...
2022
2019
2011
2006
2012
2012
2005
2011
Este juego viene con una anécdota:
El recuerdo es bastante borroso, pues es uno de los primeros que atesoré.
Una compañera del trabajo de mi madre le invitó a su casa a cenar, y, como yo aún era demasiado joven, me llevó conmigo.
La mujer tenía un hijo bastante mayor que yo, alrededor de unos 16 años. Pues que para mí ver a dos señoras hablar de política se sentía como ver la pintura secarse, decidí aventurarme por la casa, explorando todas las habitaciones.
Llegué a la habitación del hijo, que se veía completamente oscura, era de noche y sólo tenía el ordenador encendido. Mi rostro gamer se iluminó al entender que el chico estaba jugando un videojuego.
Se veía muy bien, y era en 3D, como Los Sims que jugaba mi hermana, pero se veía muy distinto al mismo tiempo.
Era más inclinado a esos juegos violentos que jugaban mi amigo y sus compañeros de academia. Al recibir esta información me preparé mi mindset gamer y me acerqué poco a poco a su escritorio.
El chaval ya no mantenía una mirada de concentración, sino que ese ceño fruncido y mandíbula apretada indicaban hasta a la niña más autista de toda la Comunidad Valenciana que lucía frustrado. El cabrón se había estancado en una misión.
Miré el gameplay por un par de minutos, examinando el escenario y su posición en este. Cuando pensé que ya lo había analizado al completo, mi voz empezó a hablar por mí. La conversación fue un poco tal que así:
- Estás en una esquina, tienes que moverte.
+ No puedo!
- Cómo que no? Si vas muy rápido no te disparan los polis.
+ Y tú qué coño sabes?
- Mira, ves corriendo hasta afuera y luego giras la esquina.
+ (Le detienen otra vez) JODEEEEER
- (me había hecho daño en los oídos con su ragequit, así que le estuve gritando indicaciones de vuelta) QUE TE VAYAS DE AHI, ¡¡TONTO!!
+ (roba un coche de la calle y lo tira al mar con él dentro y se va nadando)
Después de eso, creo que ya era la hora de la cena. Nos sentamos en silencio en la mesa.
El recuerdo es bastante borroso, pues es uno de los primeros que atesoré.
Una compañera del trabajo de mi madre le invitó a su casa a cenar, y, como yo aún era demasiado joven, me llevó conmigo.
La mujer tenía un hijo bastante mayor que yo, alrededor de unos 16 años. Pues que para mí ver a dos señoras hablar de política se sentía como ver la pintura secarse, decidí aventurarme por la casa, explorando todas las habitaciones.
Llegué a la habitación del hijo, que se veía completamente oscura, era de noche y sólo tenía el ordenador encendido. Mi rostro gamer se iluminó al entender que el chico estaba jugando un videojuego.
Se veía muy bien, y era en 3D, como Los Sims que jugaba mi hermana, pero se veía muy distinto al mismo tiempo.
Era más inclinado a esos juegos violentos que jugaban mi amigo y sus compañeros de academia. Al recibir esta información me preparé mi mindset gamer y me acerqué poco a poco a su escritorio.
El chaval ya no mantenía una mirada de concentración, sino que ese ceño fruncido y mandíbula apretada indicaban hasta a la niña más autista de toda la Comunidad Valenciana que lucía frustrado. El cabrón se había estancado en una misión.
Miré el gameplay por un par de minutos, examinando el escenario y su posición en este. Cuando pensé que ya lo había analizado al completo, mi voz empezó a hablar por mí. La conversación fue un poco tal que así:
- Estás en una esquina, tienes que moverte.
+ No puedo!
- Cómo que no? Si vas muy rápido no te disparan los polis.
+ Y tú qué coño sabes?
- Mira, ves corriendo hasta afuera y luego giras la esquina.
+ (Le detienen otra vez) JODEEEEER
- (me había hecho daño en los oídos con su ragequit, así que le estuve gritando indicaciones de vuelta) QUE TE VAYAS DE AHI, ¡¡TONTO!!
+ (roba un coche de la calle y lo tira al mar con él dentro y se va nadando)
Después de eso, creo que ya era la hora de la cena. Nos sentamos en silencio en la mesa.
2006