Es un paso adelante respecto al primer Outlast. No solo es consciente de los defectos del gameplay del anterior y propone variedad desde el primer momento, sino que pretende ser más redondo en todos los sentidos. Y es cierto que está lejos de ser una propuesta perfecta, como se puede ver en aspectos como la trama, la cual en ocasiones parece desorientada, advirtiéndose en un par de agujeros y en deus ex machina chirriantes. Pero pobre quien se quede en la superficialidad de defectos, porque a la hora brindar las sensaciones que su entorno y narrativa quiere, lo consigue. Outlast 2 tiene una de las ambientaciones más incómodamente deprimentes que he jugado. Cuando en el primero te mostraban la locura como resultado de los experimentos, aquí te sumergen en ella a través de alucinaciones liminales que se funden en la entristecida psicología del protagonista, dando vida a un trauma infantil que da profundidad al enfermizo cuento que se le plantea. Un cuento sobre un doloroso pavor a la infancia sobre trágicos filicidios en honor a un dios que ha sido malinterpretado hasta la paranoia por el propio miedo del adulto. Te das cuenta de que los experimentos de ciencia ficción que plantea en realidad solo son los de rebrotar el dolor negado de la niñez, y da mucho miedo. Outlast 2 tiene mucho más que decir de lo que alguna gente cree y vale la pena jugarlo con calma.

Cierra satisfactoriamente la historia y sigue mostrando las mismas cualidades (destacando unos escenarios inmersivos), pero su corta duración acentúa muchísimo sus errores: abusa en tan poco tiempo de los sustos y las escenas forzadas de persecuciones que hasta llega a cansar y resultar repetitivo, algo que en la historia principal no pasa. Con todo, sigue siendo un buen final.

Entiendo las críticas a este juego, pero realmente creo se le reprocha más por encabezar esa dudosa ola de juegos de terror que como obra. Es cierto que tiene una historia previsible, un gameplay simple y situaciones de tensión en ocasiones muy forzadas. Aún así, su atmósfera de cámara en mano es atrayente y cuando a partir de la segunda mitad del juego empiezan a añadir más variedad de situaciones y escenarios, se vuelve todo mucho más interesante. Un ritmo donde pese las pocas variaciones no se siente pesado; unos personajes con su punto de carisma; además, partes como las del patio donde demuestran que también saben hacer terror psicológico. Lo he disfrutado.

Me ha sorprendido el nivel de interacción con el escenario que tiene para ser un shooter de los 90. Hay ambición técnica en los escenarios y una clara intención de conectarlos narrativamente, pese a que ello suponga que en ocasiones sean absolutamente poco intuitivos. Sobre el gameplay, el arsenal es original pero se nota desequilibrado. Al principio puede parecer un juego con un humor algo rancio, pero lo cierto es que tiene referencias a la cultura popular muy bien llevadas en ese sentido. Divertido ante todo.

Sobre la expansión de The Birth, añade un poco de variedad y se enfoca más en la "comedia", pero sigue acarreando los mismos problemas. Tiene un Unabomber cameo y eso me parece mágico.

En cuanto a la expansión moderna de Alien World Order, Los nuevos mapas son modernos, bonitos y divertidos, pero por alguna razón pierden el nivel de interacción con el escenario que era tan característico; un detalle el cual da que pensar sobre el rumbo que ha tomado el género. Las limitaciones técnicas de la época obligaban a utilizar de forma creativa el propio escenario como principal medio narrativo. Este es otro caso de como se extinguen las limitaciones técnicas mientras se obvian las alternativas creativas que hacían tan especial a la obra.

No solo explota al máximo la capacidad gráfica del motor mejorado de Quake, sino que también ofrece gran variedad tanto en su diseño artístico como de niveles, que no tienen nada que envidiar a otros FPS modernos de mayor presupuesto. Como experiencia supera incluso a la original.

Primera expansion moderna de Quake: muy mediocre, corta e innecesario.

En lugar de añadir contenido nuevo como tal, añade interesantes variaciones a las armas y enemigos, favoreciendo el ritmo en mapas que siguen el esquema de la expansión anterior, con algunos curiosos experimentos y jefes que no son fallidos.

Tiene variedad suficiente como expansión. Los mapas son más anchos y permiten mayor movilidad, además de contar con una nueva banda sonora de metal sinfónico algo cheesy pero chula. Su jefe final sería decente si no se bugease fácilmente.

2021

Los gráficos 3D y la posibilidad de saltar marcaron una nueva era, es innegable que el salto entre Doom 2 y Quake fue inmenso. En él, ID trabajó con personas tan talentosas como American McGee en su brutal diseño artístico futurista lovecraftiano, o Nine Inch Nails, con su banda sonora industrial. Pese a sus cualidades estéticas, jugablemente ha envejecido peor que Doom. Tiene algunas decisiones en el diseño de niveles realmente innovadoras, pero en su mayoría no favorecen en absoluto las mecánicas que él mismo plantea y no se siente tan satisfactorio acabar con los enemigos, además de contar con solo dos bosses ni siquiera interesantes.

Me sorprende su capacidad de hacer humor por medio del escenario, su jugabilidad arcade tan orgánica y llevada al extremo, su estética tan singular, absurda pero añorable, y sobretodo su maravillosa banda sonora. Un joya única.

La peor película que has visto en tu vida si fuera un videojuego. Aún así lo he completado como 4 veces, disfruto el terror cutre y siempre es divertido elegir entre varias opciones aunque la inmensa mayoría estén mal ejecutadas. Fans de las pelis interactivas cuando se dan cuenta de que unos quick time events cutres influyen más a la trama que la mayoría de sus "importantes" decisiones.

Funny guy with guns 😂👌
Ahora en serio, me sorprende la mala leche que tiene este juego con el jugador, es un no parar de retos absurdos que en un principio parecen imposibles. Eso sí, técnicamente está muy bien para su época. Y es que de hecho es un producto de su época, para demostrar cuantos enemigos podían poner a la vez en una misma pantalla y que tan grandes podían ser los mapas. A día de hoy algunos aspectos importantes llegan a cansar, pero su jugabilidad arcade es lo suficientemente divertida.

Pequeña aventura narrativa de terror repleta de seres burtianos, con algunos fragmentos tan angustiantes como originales, en una estética que parece estar sacada de un libro infantil maldito. Vale mucho la pena para lo que dura.