furbo y coches y cerveza y furbo y cerveza y coches y aYAYAYAYAY

Este juego corto (junto a la demo de su secuela) lo jugué a cortísima edad, de hecho creo que es de los primeros videojuegos que probé, por ello lo recuerdo como un sueño febril de la infancia. Tras jugarlo puedo decir que no solo lo recuerdo febril, lo es: gráficos flash primigenios, collages de tuercas y paisajes naturales, con un resultado que recuerda mucho a cortometrajes de sucio stop motion de los 90 (al menos ya puedo decir de donde viene mi hiperfijación por esta estética tan concreta). Me es de cierta forma incomodo pero mola.

"Aunque el techo estuviera destinado a derrumbarse, no pasará hoy". Levantarse cada día para tener que darse la espalda. No atreverse a mirar al cielo. Demoledor.

Se siente como un mero prologo de la secuela. Me gusta como intenta implicarte en todo lo que supone este pequeño viaje a la tienda en su consciencia pero es demasiado corto y simplista para que me pueda llegar a calar.

Fortnite is ruining my life one more time

Fidedigno a la traumática experiencia coger la Renfe para volver a casa

Fortnite not only ruined my life but the game itself

This Game ruined my life 5 plus i didn't felt any nostalgia for this because i started playing this chapter

Así se complementa una obra.
Repite la misma trama de la historia principal sobre el valor de la humanidad y su gente, pero cambiando a una narrativa menos simbólica y más inmersiva. Ahora el mundo es una especie de cárcel de desterrados que conecta a sus integrantes a través de la cultura, el texto y una terminal (muy COVID): literalmente un foro virtual en línea increíblemente escrito, porque lo aprovecha para desarrollar sus temas, contar historias, hacer humor e interactuar con el jugador de formas más directas, amenas, y hasta emocionales. Y es que el punto más fuerte de este foro es que los personajes ya no son solo metáforas o códigos QR en la pared, tienen conversaciones, escriben fanfics y comentan los acontecimientos según va avanzando la trama. Se siente real y, cuando al final comienzan las analogías del destino de Gehenna con el de la especie humana, narrado en la trama principal, se siente más potente, muchísimo más propio y emocional aquí. "Salvación no es inmortalidad".

Y no me privo de mencionar los desafíos del último mundo, los del administrador, que tiene algunos de los puzzles más enrevesados que he tenido que resolver en un videojuegos, de esos que parecen completamente imposibles hasta que de algún pasas sobre ellos y, wow; aquí Croteam demuestra que nunca se deshizo de su rabia sana contra el jugador que demostraba en los primeros SS.

This review contains spoilers

Croteam fueron valientes al hacer un juego de puzzles tan lento y narrativo, teniendo en cuenta que su franquicia más famosa, Serious Sam, se mueve por valores totalmente contrarios. Aún así, a parte del motor y referencias, tienen similitudes como sus escenarios históricos/naturales amplios y vacíos, que si en SS era para llenarlos de hordas enemigos, aquí es para transmitir una sensación liminal de paz y soledad; sensación que se solidifica en gran parte por la increíble banda sonora de Mravunac. Por lo general los puzles están bien, aunque lo enrevesadas que son algunas de estas pruebas en relación a lo abiertas que son sus físicas deja curiosamente un sensación de que estar poco refinadas. ¿Puedo hablar también de la cantidad exagerada de secretos que tiene el juego? Son divertidos pero a veces contrastan de manera algo burda con la historia tan seria que quieren explicar. Y bueno, la historia de lo más interesante que tiene.

Recuerda aquella ciencia ficción existencialista tan clásica, reflexionando temas como el verdadero valor de la humanidad, qué significa y qué es lo que realmente nos hace humanos. El jugador, la maquina, se encapsula en una simulación dialéctica con su propia persona, debatiendo entre "la duda" y "el orden", la serpiente y dios, con el fin de demostrar su propia humanidad. La acción de cuestionar el orden sin sumirse completamente en la duda, de dar el paso tras la espiral y continuar la historia de la humanidad; extenderla más allá de la vida humana, como cadena que una al ser humano con la maquina, el jugador. Cuesta explicar esto sin caer en spoilers, pero plantea un mundo en el que lo único que ha quedado de los humanos es su legado, su conocimiento, y la maquina protagonista, que al final solo es una representación humanizada fantástica del jugador la cual debe entender su humanidad. La maquina no pasa de ser metal a ser carne, la maquina es el jugador y darse cuenta de su humanidad es el mismo proceso para alcanzarla. ¿Qué es la humanidad sino su propia voluntad? La voluntad de continuar resolviendo los misterios de nuestra vida. Embriagarse de las palabras de la historia; dejar que fluyan las dudas; escuchar pero aprender de los errores de quienes pasaron por la mismas pruebas... sin que nada de esto nos impida avanzar. Es muy bonita la historia, sí.

Es un paso adelante respecto al primer Outlast. No solo es consciente de los defectos del gameplay del anterior y propone variedad desde el primer momento, sino que pretende ser más redondo en todos los sentidos. Y es cierto que está lejos de ser una propuesta perfecta, como se puede ver en aspectos como la trama, la cual en ocasiones parece desorientada, advirtiéndose en un par de agujeros y en deus ex machina chirriantes. Pero pobre quien se quede en la superficialidad de defectos, porque a la hora brindar las sensaciones que su entorno y narrativa quiere, lo consigue. Outlast 2 tiene una de las ambientaciones más incómodamente deprimentes que he jugado. Cuando en el primero te mostraban la locura como resultado de los experimentos, aquí te sumergen en ella a través de alucinaciones liminales que se funden en la entristecida psicología del protagonista, dando vida a un trauma infantil que da profundidad al enfermizo cuento que se le plantea. Un cuento sobre un doloroso pavor a la infancia sobre trágicos filicidios en honor a un dios que ha sido malinterpretado hasta la paranoia por el propio miedo del adulto. Te das cuenta de que los experimentos de ciencia ficción que plantea en realidad solo son los de rebrotar el dolor negado de la niñez, y da mucho miedo. Outlast 2 tiene mucho más que decir de lo que alguna gente cree y vale la pena jugarlo con calma.