En la oscuridad de la noche, entre las sombras que acechan, se erige un monumento a la redención y el renacimiento. Este juego, una joya entre las tinieblas, se alza como el faro que guía a los perdidos en busca de emociones sin igual. Es un relato de redención, de cómo una franquicia halló su verdadero camino, ascendiendo a las alturas que siempre mereció. Recuerdo la promesa del primer capítulo, aquel que me cautivó con su promesa de aventuras y misterios insondables. Sin embargo, aunque aquel primer paso fue loable, su luz se veía empañada por sombras de decepción. Pero ahora, en este nuevo amanecer, el juego ha cumplido su destino. Ha superado las expectativas, eclipsando incluso las estrellas más brillantes de esta generación. En este viaje, el pasado se desvanece en la oscuridad, y el futuro resplandece con luz propia.

La trama engancha mucho, aunque en cierto modo me parece una pena que Remedy haya optado por olvidarse de su cámara típica, acercándose ahora a las de TLOU y los remakes de RE. Sin embargo, no se puede negar que le da un toque más inmersivo al género survival horror, al que no pertenece el primero.

Su reexplorabilidad se agradece, aunque hay pocos enemigos, cada uno se puede llevar bastante munición. Y procuraba no usar munición, porque encima también es más fácil tener que usar más curaciones que si huyes. Aunque con Saga (genial personaje) he tenido como medio juego todo el inventario y la caja de zapatos llena, sin a penas poder coger nada. No he completado con ella todos los murales, pero sí todos los cleccionables. Con Alan alunas cosas más habrá faltado.

Su conexión con Control, bien llevada, e incluso el homenaje que le hace un poco también a otros títulos de la compañía que no son canon con Contorl y AW, rescatando actores, estupendo, porque en cierto modo es como traerlos también.

Por fin terminada la que probablemente es mi partida más longeva, me parece que tres años, ya que lo abandoné nada más derrotar a Vicaria Amelia durante muchísimo tiempo, cuando fui a retomarlo, no pude con Sombra de Yharnam y debí abandonarlo otro tiempo, tiempo después lo puse y las derroté (puede que esto fuera ya el año pasado) pero no terminé de retomar el juego realmente. Algo más tarde lo volví a poner y derroté a Rom, eso fue hace ya poco, aunque aún no había terminado de volver del todo al juego. Y no fue hasta la semana pasada que, pensando que tal vez avanzaría otro poco y volveria a dejarlo otro tiempo, finalmente me enganché y hasta hoy he jugado más constantemente y terminarlo.

Brutal estética, una de sus principales bazas sin duda alguna, es fácil quedarte con él como uno de los mejores juegos tipo Souls precisamente por toda su temática, estética. Sobre todo, para qué negarlo, cuando no hay una segunda parte y ello no se ha quemado. Gráficamente luce en general muy bien, me resulta muy llamativo el acabado de las telas y otras texturas “blandas”. muy, muy bien en ese aspecto. Otro tema distinto, y aun peor teniendo en cuenta que lo he terminado en PS5, es la caída de FPS que sufre, vale que el juego esté capado a 30, y no me importa, pero vamos a ver, que al menos sean rocosos en PS5, digo yo.

Lo he completado haciendo el final ¿bueno? mirando con guía, no me escondo, qué hay que hacer para conseguirlo. Si bien para cuando he mirado esto, en los últimos días, ya había perdido un tercio de los cuatro que hay, sin saberlo, en la clínica de Iosefka, pero el otro perdible que hay, pues sin saberlo sí seguí los primeros pasos en su día y ahora con la guía terminé esa quest. Los jefes finales no me han costado demasiado, desde Rom, han sido derrotados a la primera o a la segunda. Los que más me han costado, diría que la bestia sedienta de sangre, y Sombra(s) de Yharnam, eso de que sean tres...