Cortito y directo al grano. Un juego correcto para pasar el rato.

Un roguelike de cartas buenísimo. No daba nada por él, pero efectivamente la búsqueda de construir un mazo destructor de puntuaciones es increíble y súper satisfactoria.

Qué metroidvania, amics. QUÉ metroidvania.

Una idea buenísima y preciosa en temática, construcción y narrativa alrededor del mito de la torre de Babel que además es súper satisfactoria constantemente. Presenta algún puzle algo obtuso y, para no perder la costumbre en este tipo de juegos, le sobra algunas partes que lo alargan innecesariamente y estropeando el conjunto, pero por suerte todo lo demás es tan increíble que consigue pasar desapercibido.

Un estupendísimo juego de gestión con componentes roguelike, el bucle jugable se va construyendo lentamente hasta alcanzar el no parar, aunque sí es verdad que al principio puede agobiar un poco por lo rápido que pasa todo. Maravilloso.

Un indie con unos puzles estupendos y un apartado artístico y sonoro de sobresaliente, pero como en muchos juegos de este estilo, se empieza a regodear en el último tramo con todo lo que hace y se estira más de lo que debería.

Lo más Twin Peaks desde Twin Peaks hecho, además, un blockbuster redondo y tremendo lleno de ideazas. Vaya putísimo videojuego.

Increíble mechajogoco, huele a uno de esos juegos que van a envejecer como un buen vino en prácticamente todo.

17 minutos. 17 minutos es el tiempo que he tardado en empezar y quitar este episodio de una serie random y de cuestionable calidad animada de Disney Junior. WTF.

Es Bethesda, con todo lo bueno y malo que ello conlleva. No es mal juego, pero tampoco es una obra sobresaliente. Tiene una ambición desmedida y sin filtro que ha provocado que Starfield esté plagado de mecánicas flojas sin pulido que no aportan nada al conjunto más allá de ser parte de una suma de cosas que puedes hacer. La exploración es pobre, aburrida y tediosa, y por momento puede parecer un simulador de viaje rápido ya que no tienes ningún tipo de libertad y tienes que moverte siempre entre zonas cerradas.

Pero artísticamente, en general, está muy bien, y tiene ese aura de juego de Bethesda que lo hace, si le perdonas todas -que no son pocas- sus carencias, entretenido y especial.

Es un paso atrás con respecto a Fallout 4 y Skyrim, pero si te gustaron estos, seguramente disfrutes de Starfield.

Un comienzo espectacular seguido de un yermo aburrido y anodino que solo remonta en los combates más épicos y grandilocuentes que se han podido hacer en los últimos años. Es una pena que todo lo que se salga de ahí termine siendo tan hostigante, que los personajes, en general, sean tan sosos y planos y que la emoción para con los mismos esté tan contenido. El combate es mucho más divertido cuantas más herramientas vas desbloqueando, pero la sencillez de su dificultad no ayuda mucho. Para el tramo final, tan largo y reiterativo, solo tengo palabras negativas.

Una pena que se desinfle todo de tan mala manera.

Altísimo Cine todo lo que rodea a este videojuego.

Lo rural se da de la mano con el realismo mágico, surrealismo y experimentalidad sumado a una toma de decisiones que, cualesquiera que sean nuestras decisiones, nos conduce, inevitablemente, al mismo camino: ser devorados por el entorno. Pero al menos podemos decidir cómo construimos nuestros vínculos en un mundo de imperioso destino y cuáles decidimos que sean nuestros recuerdos. Y lo decidimos por unos personajes ciegos y ambiguos que afrontan la vida de la única manera que saben: mirando al futuro, juntos.

'Kentucky Route Zero' es una obra maestra con una capacidad descomunal para hacernos sentir, con ecos de Márquez, Magritte o Lynch -entre muchos otros-, entramando un libreto de teatro en cuya función somos espectadores y ejecutores en tiempos difíciles.

El peor juego de los estudios de PlayStation que he jugado, con cero capacidad para enganchar y con una absoluta basura de narrativa. Matar máquinas sigue siendo divertido, pero ya está.