Tetas, culos y sexualización aparte. Stellar Blade es una auténtica joya. Su combate es todo un espectaculo. Parrys, esquives perfectos, combos, habilidades Beta, habilidades Estallido, disparos... Quizás piensas que son demasiadas cosas a tener en cuenta y razón no te falta; sin embargo, cuando tu cabeza asimila toda la información y hace "clic" todo se transforma en un baile perfectamente coreografiado del que te aseguro no querrás parar de disfrutarlo.

Donde por desgracia no destaca tanto es por su historia. No es mala, pero toca temas muy interesantes y profundos como el nihilismo, que significa ser humano y la evolución de la especie humana que necesitan extenderse más de lo que Stellar Blade lo hace. Sin embargo, el Lore y su mundo están muy bien construidos. Recorrerlo junto a una de las bandas sonoras que más me han gustado en los últimos años ha sido todo un disfrute. Temas como el de Eidos 7, Atelier o Wasteland entre otros no es que me hayan gustado, sino que me han encantado, al igual que Stellar Blade en general.

Kena: Bridge of Spirits tiene unos efectos visuales impresionantes, una música fantástica y unas animaciones que parecen sacadas directamente de una película de Pixar. Esto no es de extrañar, ya que Ember Lab, desarrolladores de Kena empezaron siendo un estudio de animación.

La aventura de Kena es sencilla, pero se las arregla para ofrecer una historia no muy brillante, pero sí conmovedora. Trata temas como la culpa, la desesperación y la muerte de una manera bastante sutil. El combate se conforma con ser cumplidor, transmitiendo poca sensación a los mandos, pero añadiendo nuevas mecánicas durante la aventura, haciendo así que siempre se sienta fresco y consiga alejarse de la monotonía.

The Order: 1886 es un videojuego con muchos claros y oscuros, pero nunca un mal videojuego. Si hubiese sido recibido de mejor manera creo que estaríamos hablando a día de hoy de uno de los buques insignia de PlayStation como lo son God of War o The Last of Us. Esta primera entrega fue un tanteo para lo que vendría después con una segunda parte, no cabe duda. Por desgracia nunca veremos que sucederá con Sir Galahad y compañía. Ready at Down merecía algo mejor que hacer juegos de realidad virtual para Oculus Rift. Una auténtica pena.